El átomo y el y su espacio vacío

El universo está compuesto por materia, la cual está compuesta por espacios vacíos.

El universo está compuesto por materia, que a su vez está formada por átomos y moléculas que contienen protones, neutrones y electrones, y en gran medida estos átomos y moléculas están compuestos por espacios vacíos, lo que significa que hay una gran cantidad de espacio entre las partículas que los componen. Por lo tanto, se podría afirmar que el universo está compuesto por materia, que en gran parte está compuesta por espacios vacíos.

El átomo es la unidad más pequeña de un elemento químico que retiene las propiedades químicas del mismo. Está compuesto por un núcleo central que contiene protones y neutrones, rodeado por electrones que orbitan alrededor del núcleo en capas definidas.

Aunque a simple vista el átomo parece sólido, en realidad es en gran parte espacio vacío. El núcleo ocupa una pequeña fracción del volumen total del átomo, mientras que los electrones ocupan una gran cantidad de espacio. La mayor parte del volumen del átomo está vacío, lo que significa que hay una gran cantidad de espacio entre las partículas que lo componen.

Esta característica del átomo es importante en muchos aspectos de la física y la química. Por ejemplo, es la razón por la que los átomos pueden unirse para formar moléculas, ya que los electrones de un átomo pueden interactuar con los de otro átomo a través del espacio vacío que los separa.

También es la razón por la que los átomos pueden comprimirse y expandirse en respuesta a cambios de temperatura y presión. Además, la estructura vacía del átomo es fundamental para la comprensión de la naturaleza de la materia y la energía en la física moderna, y ha llevado a la creación de tecnologías como la energía nuclear y la electrónica.

“Un átomo consiste 99.999999999% en espacio vacío. Si quitas este espacio vacío de todos los átomos de todos los humanos, toda la humanidad cabe en un cubito de azúcar. “

“En cuanto a la materia, todos hemos estado equivocados.
Lo que hemos llamado materia es energía, cuya vibración ha sido tan rebajada como para ser perceptible a los sentidos.

El átomo y el y su espacio vacío

No hay materia.” – cita atribuida a Albert Einstein

Los átomos en tu cuerpo son 99.999999999% espacio vacío y ninguno de esos átomos son los mismo con lo que naciste, pero todos se originaron en el centro de un estrella.

Pero he aquí la parte interesante en donde entra este tema de la invisibilidad: Un átomo está compuesto en su núcleo por protones y neutrones, y en su órbita habitan los diminutos electrones, y lo interesante del caso es la distancia que existe entre los electrones y el núcleo…

Para que tengan una idea, si un núcleo de un átomo fuera del tamaño de una pelota de boliche, los electrones estarían flotando en órbita a una distancia de unos 18 kilómetros (11 millas), y no solo eso, sino que un electrón sería del tamaño de la puntita de un alfiler.

Y en medio de todo eso, solo existe espacio vacío. Y más asombroso aún, existen distancias similares entre un átomo y otro.

En otras palabras, una manera de imaginarnos el universo de los átomos en escalas de nosotros los humanos es pensar que existen muchas bolas de boliche flotando en el espacio, a una distancia de unos 50 a 100 kilómetros de distancia unas de otras, y en el medio de ellas unas diminutos cabezas de alfileres flotando rápidamente.

Si se pueden imaginar eso, entenderán que en la realidad los espacios son tan amplios entre los electrones y el núcleo, y entre un núcleo de un átomo y otro, que en realidad sobre el 99.9999999% de todo lo que creemos ver como sólido es en realidad transparente. Es una ilusión.

Pero, ¿y de dónde proviene esa ilusión? ¿y por qué percibimos el mundo así? Pues la respuesta es bastante sencilla: Evolucionamos así porque esa es una forma óptima de nuestras mentes poder manipular el mundo a nuestro alrededor.

La razón por la que vemos con nuestros ojos, es porque ondas electromagnéticas interactúan en miles de millones de veces por segundo con el material que conforma nuestro ojo, y gracias a la dualidad de la naturaleza en donde toda onda es también una serie de partículas, somos capaces de captar esos fotones de luz que rebotan y saltan por todos lados hasta llegar a nuestros fotosensores en la retina.

Cuando eso ocurre, nuestro cerebro capta solamente “la gran imagen” abstracta que conforman los patrones del mundo, en vez de los pequeños detalles, en esencia haciendo que el cerebro “rellene” los espacios de la realidad, ofreciéndonos una visión “sólida” del mundo.

Y si se encontraron esto curioso, otro dato curioso es que incluso los colores que percibimos del mundo son totalmente inventados por nuestra mente, ya que los colores tampoco existen, sino que son una herramienta más fabricada por nuestras mentes para sacarle sentido al mundo. 

Los hindúes sostienen la idea de que todo es ilusión o “maya”, es decir, que lo que percibimos como realidad es una construcción subjetiva de nuestro cerebro y que no representa la totalidad de lo que existe. Esta idea se basa en la creencia de que el cerebro humano solo es capaz de captar una fracción muy pequeña de la realidad que nos rodea, aproximadamente un 10%, mientras que el 90% restante permanece oculto a nuestra percepción.

Un ejemplo de esto es el color, que en realidad no existe en los objetos sino que es una percepción que se genera en nuestro cerebro como resultado de la interacción de la luz con los pigmentos del objeto. El objeto absorbe todas las longitudes de onda de la luz, excepto la que corresponde al color que percibimos.

El universo también se puede entender como un vacío ocupado por partículas puntuales, lo que significa que la mayor parte de la materia está compuesta por espacios vacíos. Esta perspectiva puede resultar contraintuitiva, ya que solemos percibir la materia como algo sólido y tangible.

Además, es cierto que nuestro cerebro está gobernado por estímulos parasitarios, es decir, que necesitamos interactuar con el mundo exterior para sobrevivir. Sin embargo, esta interacción también puede ser una fuente de enriquecimiento y aprendizaje, y no necesariamente debe verse como algo negativo.

En definitiva, la idea de que la realidad es una ilusión puede ser vista desde distintas perspectivas y puede tener implicaciones filosóficas, científicas y culturales muy interesantes.

Printing service