Nancy Spero: Más que una Artista, una Activista Visual

PINTOR, COLLAGE Y ARTISTA DE INSTALACIÓN ESTADOUNIDENSE

Nacida: 24 de agosto de 1926 – Cleveland, Ohio, EE. UU.
Fallecida: 18 de octubre de 2009 – Nueva York, EE. UU.

Esposo: Leon Golub (m. 1951–2004)

Hijo: Paul Golub

Nancy Spero, artista visual estadounidense, dejó una huella imborrable en la escena artística mundial. Nacida en Cleveland, Ohio, Spero pasó la mayor parte de su vida en Nueva York, donde su carrera artística y activismo florecieron durante cincuenta años.

Su matrimonio y colaboración con el artista Leon Golub enriquecieron su viaje artístico y la llevaron a explorar nuevos horizontes. Como artista y activista, Spero se destacó por su compromiso continuo con las preocupaciones políticas, sociales y culturales contemporáneas.

Spero se convirtió en una dibujante apasionada, utilizando el papel como su lienzo y el lápiz, la tinta, el gouache y el collage como sus herramientas para dar voz a las mujeres en el mundo del arte. Desafió la norma al centrarse en esta técnica, que a menudo se relegaba al ámbito del boceto y el apunte.

Su legado trascendió la lucha feminista por la que se la conoce en el mundo artístico. Sus obras abarcaron temas que iban desde la crónica de guerras y violencia apocalíptica hasta visiones de renacimiento extático y ciclos celebratorios de la vida.

Spero y Golub compartieron el compromiso de explorar una representación modernista de la forma humana, con sus narrativas y resonancias históricas, incluso cuando el Expresionismo Abstracto se convertía en el idioma dominante del arte.

Durante su estancia en Italia, Spero quedó intrigada por el formato, el estilo y el ambiente de los frescos y sarcófagos etruscos y romanos, lo que influiría en su obra posterior.

Nancy Spero no pintaba al óleo sobre lienzo, el medio canónico masculino, ni esculpía. Marcó su propio camino en el papel, utilizando bolígrafos, lápices, tinta, gouache, esténcil y collage. Su renuncia a las convenciones artísticas establecidas fue explícita.

Nacida en 1926 en una familia de origen judío en Cleveland, Ohio, Spero se mudó a Chicago a la edad de un año, donde vivió hasta los 23 años. Se convirtió en artista porque era lo único que realmente le interesaba y en lo que parecía tener talento. Spero estudió en la Escuela de Instituto de Arte de Chicago, donde conoció a Leon Golub, su futuro esposo.

La pareja se mudó a París durante un año, donde Spero continuó su formación artística en la École Nationale Supérieure des Beaux-Arts y en el taller de André Lhote, un pintor cubista temprano. A su regreso a Chicago, se casaron y se mudaron a Nueva York en 1964. En Nueva York, la pareja enfrentó el desafío de criar a tres hijos y, al mismo tiempo, ser testigos del conflicto de la Guerra de Vietnam a través de los medios de comunicación. Esto tuvo un impacto profundo en Spero y la llevó a abandonar la pintura al óleo y centrarse en dibujos en tinta y gouache, que expresaban su repulsión hacia la obscenidad de la guerra.

Fue durante este tiempo que Spero comenzó a explorar la “victimización” de las mujeres en su arte, visibilizando diversas historias locales de subyugación femenina. Se involucró activamente en grupos feministas y de activismo artístico, como el Art Workers Coalition (AWC) y Women Artists in Revolution (WAR). Estas experiencias la llevaron a unirse al comité fundador de Artist in Residence Gallery (A.I.R.), una iniciativa dedicada a exhibir el trabajo de mujeres artistas.

En la década de 1980, Spero desarrolló su conocido “elenco” de personajes femeninos, que incluía figuras como Lilith, Medusa y la diosa de la fertilidad irlandesa Sheela-Na-Gig. Estas figuras se convirtieron en su forma de abordar temas relacionados con la opresión de las mujeres en la historia.

A pesar de enfrentar el avance de la artritis reumatoide, que afectó el control de sus manos, Spero continuó creando arte hasta el final de su vida. Empleó asistentes en su proceso creativo y desarrolló instalaciones que cubrían paredes enteras con sus figuras.

El legado de Nancy Spero sigue vivo hoy en día, y su influencia en el mundo del arte es innegable. Su enfoque en la técnica de collage directamente en la pared ha inspirado a muchos artistas contemporáneos y ha dejado una huella indeleble en la historia del arte. Su valentía para abordar temas incómodos y su compromiso con la igualdad de género continúan inspirando a las nuevas generaciones de artistas y activistas. Nancy Spero no solo fue una artista, sino también una luchadora incansable por la justicia y la igualdad en el arte y la sociedad. Su obra perdurará como un testimonio de su dedicación y pasión por el cambio.

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