[Re]conocimiento, Pinturas de Renzo Rivera (Muestra presencial)
AWA CULTURA CELEBRA SU PRIMER ANIVERSARIO CON EL LANZAMIENTO DE SU “LABORATORIO CURATORIAL”, LA MUESTRA [RE]CONOCIMIENTO DE RENZO RIVERA Y DOS MUESTRAS VIRTUALES
“2+2=5 Insomnia digital” de Luis Moros (Muestra virtual)
El próximo 6 de marzo, AWA Cultura celebra su primer aniversario con la inauguración de la muestra presencial [Re]conocimiento, con pinturas de Renzo Rivera y texto de Antonio Odehnal. Esta muestra es el primer producto de su proyecto #Laboratoriocuratorial, es un proyecto conjunto del Centro Cultural UCAB, Incubadora Visual y AWA Cultura, diseñado por Humberto Valdivieso y Ricardo Arispe con el apoyo de nuestros curadores y colaboradores habituales. Con este proyecto no solo buscan promover el trabajo de artistas emergentes, sino fomentar el trabajo de investigación y la formación de nuevos curadores e investigadores.
En palabras de Odehnal: “La obra de Renzo Rivera en su gestualidad pictórica refleja a través de las formas, pinceladas, trazos agitados e impetuosos, atmósferas llenas de tensiones que expresan su preocupación por asir la pintura en su movimiento hacia la apariencia. El elemento místico-religioso presente como metáfora estético-filosófica de la revelación de la luz como proceso trascendental del espíritu, acompaña la poética del horror y el vacío, la presencia-ausencia en el acto contemplativo y la decadencia, lo efímero, lo ilusorio. Se convierte así en una borradura emblemática cuyas líneas expresivas del dibujo desaparecen de nuestra vista por efecto de una sutil aniquilación intencional”.
”Poemas” de Alejandro Coutinho (Muestra virtual)
Adicional a la muestra presencial, AWA Cultura y sus aliados, inaugurarán las muestras virtuales “2+2=5 Insomnia digital” de Luis Moros con la curaduría filosófica de Humberto Valdivieso y Lorena Rojas Parma, y ”Poemas” de Alejandro Coutinho con texto de Aglaia Berlutti.
La muestra presencial de Renzo Rivera estará abierta al público a partir del 6 de marzo en AWA Cultura del Hatillo (calle La Paz, casa Nro. 34), en horario comprendido de 11:00 a.m. a 4:00 p.m., se sugiere confirmar la hora de asistencia por medio de mensaje directo a la cuenta de instagram de AWA Cultura (@awacultura), permitiéndoles organizar de mejor manera sus aforos. También podrán asistir visitantes sin confirmación previa, teniendo en cuenta que se dará prioridad a las personas confirmadas y el acceso a las personas sin confirmar se otorgará en función de la disponibilidad del aforo de su espacio. Por su parte, las muestras virtuales estarán disponibles en #AWAVR (el espacio virtual de AWA Cultura https://vr.awacultura.com) a partir de las 00:00 del 6 de marzo.
Más información en: https://awacultura.com; redes sociales: @awacultura
De Stijl was a circle of Dutch abstract artists who promoted a style of art based on a strict geometry of horizontals and verticals
Piet Mondrian and Theo van Doesburg. De Stijl means style in Dutch. The magazine De Stijl became a vehicle for Mondrian’s ideas on art, and in a series of articles in the first year’s issues he defined his aims and used, perhaps for the first time, the term neo-plasticism. This became the name for the type of abstract art he and the De Stijl circle practised.
Other members of the group included Bart van der Leck, Vantongerloo and Vordemberge-Gildewart, as well as the architects Gerrit Rietveld and JJP Oud. Mondrian withdrew from De Stijl in 1923 following Van Doesburg’s adoption of diagonal elements in his work. Van Doesburg continued the publication until 1931.
De Stijl had a profound influence on the development both of abstract art and modern architecture and design.
Catedrática de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad de Murcia
Como para otros grandes artistas de la vanguardia clásica para Jorge de Oteiza abstracción era otra palabra para “mística”. Oteiza consideraba el arte como un modo genuino y quizá el más adecuado de expresión de las aspiraciones humanas de trascendencia, el lugar de manifestación de lo sagrado. Como en el caso de Malevich, a quien tanto admirara, esta aspiración está ligada al uso de la razón y de la investigación artística formal. Es así porque la abstracción permite evitar aquello que dentro del arte lo desvía de lo verdaderamente importante: el subjetivismo, la anécdota, el sentimentalismo. Por el contrario, la abstracción permite que el arte se una al pensamiento filosófico en la investigación racional de lo real, en la búsqueda de sentido. Como en las vanguardias clásicas, confiar en la capacidad de conocimiento del arte y en la tarea intelectual del artista están en Oteiza ligadas a la justificación ideológica del arte como utopía, a la realización del hombre nuevo. La Caja metafísica de 1957 es el resultado de años de investigación y trabajo sobre estas ideas: ejemplo de fuerza y pureza, de la elevación espiritual a través del arte.
Al contrario de los minimalistas americanos, que en la década posterior buscarán en la geometría el modo de hacer evidentes los rasgos de la experiencia humana del mundo, Oteiza -aunque en ocasiones haya sido considerado un minimalista español- busca en la geometría el modo de trascender esa experiencia intramundana. La geometría platónica le sirve para pensar artísticamente las grandes ideas, que exceden a los modos de percepción y de conocimiento sensibles, aunque sea dotándolas de forma sensible. El único modo de llevar a cabo la tarea con total coherencia es despojando a estas ideas metafísicas y a su exposición sensible de cualquier rasgo determinante, de anécdotas temporales o espaciales, de argumentos representacionales o detalles personales. Curiosamente, es la escultura la forma artística que permite una expresión más ajustada de alguna de estas ideas. A pesar de su ineludible carácter material, de su literalidad, Oteiza trabaja sobre las posibilidades de espiritualización a partir de uno de los principales elementos descubiertos para ella por la vanguardia: el hueco, el vacío. Sus obras escultóricas abstractas de “desocupación” son ejercicios de activación del espacio tridimensional, como las pinturas de Malevich lo eran del espacio pictórico. La Caja metafísica de 1957 es uno de sus resultados finales, como lo fuera el Cuadrado negro sobre blanco en 1915 para la pintura.
En una posible comparación con el Cuadrado negro sobre blanco, la Caja metafísica se me presenta como una obra madura, resultado de una serie, en relación a la cual tiene sentido. Su aparente simplicidad formal es en realidad el resultado de una investigación cuyas etapas anteriores -como siempre sucede en arte- le dan sentido. En este caso, la fórmula más sencilla de desocupación espacial es también la más elegante. Como lo era la elipse para las órbitas de los planetas y Kepler sólo lo vio tras ensayar con otras formas geométricas. Homenaje a Malevich de Oteiza activaba el espacio al inducir una percepción del espacio sugerido dentro o fuera de los planos curvados que conforman materialmente la escultura. En otro homenaje a un vanguardista, Homenaje a Mallarmé, es la relación entre los planos, sus intersecciones, los ángulos creados, o el dibujo del contorno y las sombras los que tematizan el espacio. Dentro de una poética vanguardista, el equilibrio, la relación entre la horizontal y la verticalidad, el exterior y lo interior, son trabajados en estas obras a través de la construcción, la relación entre los elementos en la composición. Considero que la Caja metafísica es un paso en esta serie que significa un gran cambio. El cambio reside en que el procedimiento artístico ya no es constructivo, es decir, ya no se persigue crear una unidad a través de la combinación de elementos (en los casos anteriores, planos,) aislados. No se trata, evidentemente, de que la caja no se haya construido, pero el procedimiento mediante el que ha llegado a ser no se recupera en la percepción interpretativa de la obra, como sucede en la escultura constructiva vanguardista. Ahora, la obra es una unidad lograda: una pieza en la que el procedimiento, el trabajo de composición o de ensamblaje de los elementos no es fundamental. Por esa razón las tensiones constitutivas no se dan entre los distintos elementos y el todo, la horizontal y la vertical, ni siquiera entre el hueco y el volumen, o el espacio y el plano. La tensión fundamental parece ser más abstracta, y ya no de índole estrictamente escultórico, sino también filosófica: la tensión entre el ser y la nada.
Así pues, en principio, una caja no es una construcción en el espacio, un ensamblaje o composición, sino un contenedor, un delimitador de espacio. Y en ese sentido, una caja vacía delimita un espacio vacío. Pero no es solo eso la caja de Oteiza, porque ella no retiene un vacío, sino que señala a lo que hay antes, el espacio como lugar, como extensión originaria. El vaciado, o la desocupación, no tienen finalidad en sí mismas, son el modo de señalar el espacio absoluto. Las delgadas paredes de bronce de la Caja metafísica no ocupan un lugar, ni muestran un vacío, no encierran un espacio ni lo rellenan, sino que son el edificio mínimo con que se señala a lo absoluto. Caja metafísica es un cubo geométrico, un cuerpo ideal cuyas depuradas líneas sirven a la creación de un vacío ideal, sagrado, según Oteiza. El cubo es el lugar desde el que pensar lo absoluto, pero también en elque pensarlo, un lugar de “protección espiritual”, como en una casa o en un refugio, después de todo. De este modo, la nada a la que aspira a dar forma con la escultura me parece un modo de plasmación de oscuros y primitivos miedos. La pureza platónica de la forma geométrica y el espacio desocupado contribuyen a expresar quizá lo que en el fondo no es sino el mismo sentido de experiencias infantiles como la de la oscuridad, la inmensidad del cielo, la profundidad de un pozo…
La Caja metafísica es el pensamiento plástico de la relación entre el individuo y el cosmos que tiene una expresión formal y también metafísica, pero no olvida en el arte el carácter emocional que tiñe ciertas experiencias de la naturaleza en las que se sugiere la relación entre el individuo y el universo. En el arte abstracto más serio este carácter expresivo no tiene el contenido de una emoción concreta negativa o positiva, pongamos de soledad o angustia, en el primer caso, o de exaltación, en el segundo, de un sujeto ante la naturaleza. Algunos rasgos formales de las Cajas metafísicas sugieren la pertinencia de una interpretación expresiva, que ha sido señalada en ocasiones, es decir, contribuyen a la carga expresiva de esta escultura. Esta expresividad de la escultura no va en contra de su intención como pensamiento estético, sino que retoma el tema central del vacío, la relación del hombre con el universo, y, por tanto, su carácter experiencial. La perfección está reñida con lo sublime; por eso, a pesar de la pureza formal, de la regularidad del cubo que inscribe el espacio, de los ángulos rectos de sus aristas y vértices, de la nitidez del corte, el espacio desocupado del cubo tiene la forma que le proporcionan los cortes en sus lados. Y es una forma expresiva, en la que ninguna recta es perpendicular o paralela a las otras, ningún corte es previsible, ningún modo de dejar paso a la nada idéntico a otro. Las diferentes Cajas metafísicas son diversas porque no hay un único pensamiento del vacío o de la nada. Por eso, cada Caja metafísica sugiere el pensamiento de la nada a partir de una determinada configuración del corte en lo que hay, de una desocupación concreta del espacio.
Obras de Félix Carmelo se exhiben en Miamien los espacios expositivos de Imago
La exposición titulada “Rhythms”, del artista puertorriqueño Félix Carmelo, será inaugurada en Miami el 20 de febrero de 2021 a las 12 pm, en la nueva sede del centro cultural Imago, con un conjunto de obras que parten de los lenguajes derivados de la abstracción geométrica asociados al minimalismo bajo la curaduría de Katherine Chacón.
Vistas formadas por las superposiciones e interacciones arquitectónicas de algunos edificios de Coral Gables –como fachadas, cornisas y portones–, así como de objetos y elementos naturales del paisaje, fueron el punto de partida de la propuesta que presenta en esta ocasión Félix Carmelo, según explica la curadora de la muestra, Katherine Chacón.
Felix Carmelo
De acuerdo a la curadora, el artista parte de estas imágenes, captadas fotográficamente, “para emprender —vía digital o a través de bosquejos a lápiz— una ‘caza de formas’, ejecutada tras un mirar cuidadoso de cada detalle. Focalizándose en aquellos cuya calidad estética escapa a simple vista, el artista hace surgir nuevas composiciones, cuyas formas y ritmos acentúa, continúa, o combina con los de otras imágenes obtenidas de modo similar. Incluso, estas ‘composiciones encontradas’ le sirven a menudo de origen para buscar nuevos detalles, en un proceso que va insistentemente de lo macro a lo micro. La intuición y la sensibilidad del artista juegan un papel preponderante en este ejercicio post-fotográfico de búsqueda, encuentro, selección, combinación y creación”.
Felix Carmelo
Félix Carmelo (Arecibo, Puerto Rico, 1968) es un artista visual residenciado en Miami, Florida, que desde niño demostró pasión y valoración por el diseño y el arte, lo que lo llevó a graduarse como técnico en dibujo arquitectónico en el Liceo de Arte y Tecnología de Puerto Rico y, posteriormente, a realizar estudios de diseño interior en la Miami International University of Arts and Design. Su refinado sentido estético ha sido decantado por las experiencias que le dejaron sus viajes, visitas a exposiciones, y amor a los libros. Desde 2016 pertenece al grupo de artistas contemporáneos Generación Reactiva, consolidado con el respaldo de la Galería Petrus de San Juan, Puerto Rico. En 2020 realizó estudios de pintura con el artista y profesor Guillermo García-Cruz en la Abstract Art School S35 de Madrid, España. Ese mismo año, inició sus sesiones de guiatura artística con la curadora venezolana Katherine Chacón. Su trabajo se encuentra representado en varias colecciones privadas de Puerto Rico, Estados Unidos, Italia, Brasil y México.
Felix Carmelo
La exposición “Rhythms” de Félix Carmelo se estará presentando en la nueva sede de Imago, ubicada en 150 Madeira Ave. Coral Gables, FL 33134. La inauguración de la muestra será el 20 de febrero de 2021, de 12 a 6 pm (confirmación de asistencia requerida, grupos de máximo 10 personas por hora) y permanecerá en exhibición hasta el mes de mayo del presente año. Mayor información por el teléfono 786-8576967
Redes: @imagoartinaction
Web: https://imagoartinaction.com/
Link para reservar para el opening: https://imagoartinaction.com/rhythms/
Sebastián Vidal Mackinsones curador e investigador de arte contemporáneo. En la actualidad es curador del Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori, en Buenos Aires. Ha sido coordinador de producción de Muntref (UNTREF) e integrante del equipo curatorial de Mamba (Museo de Arte Moderno de Buenos Aires). Magister en Curaduría en Artes Visuales (en curso) (UNTREF). Ha obtenido las becas Profession Culture 2013 (Centre Pompidou) y Jumex – ICI (Ciudad de México). Ha ganado el concurso Jóvenes Curadores arteBA 2015, con la propuesta Europa. Viaje, paisaje, cartografía. Entre varias exposiciones colectivas e individuales, curó La mirada en el límite (Fundación Federico Klemm, 2017); Hablo lo que digo (galería Mite, 2016); Los días siguen llegando (galería Isla Flotante, 2016); Oasis. Afinidades conocidas e insospechadas en un recorrido por la producción artística de nuestro tiempo (Dixit, arteBA 2016) junto a Lara Marmor y Federico Baeza; Hacer con lo hecho. Arte y vida cotidiana en la escena argentina contemporánea (MMAM, Cuenca, Ecuador, 2015) junto a Federico Baeza; Soberanía del Uso. Apropiaciones de lo cotidiano en la escena contemporánea (F. Osde, 2014) junto a Federico Baeza; Panteón de los Héroes. historias, próceres y otros en el arte contemporáneo (F. Osde, 2012) junto a Isabel Plante; Plausible/ficcional (Document Art, 2013), entre otras. Desde el 2004 participa de diferentes grupos de investigación sobre arte argentino y latinoamericano radicados en Instituto de Teoría e Historia del Arte “Julio A. Payró” (FFyL, UBA) e Instituto de Investigaciones en Arte y Cultura “Dr. Norberto Griffa”(UNTREF).
Fernanda Medeiros. Vive y trabaja en Brasil. Historiadora del arte, curadora, investigadora y productora. Actualmente es curadora adjunta, coordinadora de operaciones y coordinadora de los Centros de Curaduría y Comunicación del Museo de Arte Rio Grande do Sul (MARGS) en Porto Alegre, RS, Brasil. Especialista en curaduría por el Postgrado Lato Sensu en Prácticas Curatoriales en el Instituto de Artes (IA) de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS) y Licenciada en Historia en la Pontificia Universidad Católica de Rio Grande do Sul (PUC- RS) y estudiante de pregrado de la Licenciatura en Historia del Arte, también por la IA-UFRGS. Es profesora/colaboradora del curso de posgrado (especialización lato sensu) en Historia y Gestión de Colecciones, a través del Programa de Posgrado en Historia de la Universidad de Passo Fundo (PPGH / UPF), en alianza con el Instituto Histórico de Passo Fundo (IHPF). Es la fundadora y editora de Cactus Edições, un sello de publicaciones de artistas. Trabajó en Bronze Residência y creó el festival de video arte C4NN3S y la feria de publicaciones Folhagem. Fue coordinadora del Centro de Documentación e Investigación de la Fundación Vera Chaves Barcellos (2012-2019) y socia es fundadora, curadora y productora de Acervo Independente (2014-2017).
Carol Illanes (Santiago, 1987)Curadora e investigadora en arte chileno y latinoamericano contemporáneo. Magíster en Historia y crítica de arte de la Universidade Federal do Rio de Janeiro. Sus proyectos han abordado temas diversos entre ellos la relación entre arte y espacio público, el video experimental y la teoría de la historia en el arte latinoamericano. Entre sus curatorías están “Señales Aleatorias: retrospectiva de arte sonoro en Chile” (Parque Cultural, 2016), “Chulos chunchules chilenos: Piero Montebruno y Paz Errázuriz” (Galería D21, 2018) y “Agorafilia” (M100, 2020). Se ha desempeñado como co-editora de distintas revistas como Arte y Crítica que dirigió entre el 2014-2016. Se desempeñó como investigadora de la Colección del Museo de Artes Visuales, MAVI y actualmente lleva el cargo de productora del Centro de Extensión Palacio Pereira, un nuevo espacio programático abocado a la difusión del patrimonio cultural nacional.
Amalia Cross (Viña del Mar, 1989)es historiadora del arte y curadora. Licenciada en Arte por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), magíster en Teoría e historia del arte por la Universidad de Chile y candidata a Doctora en Historia por la Pontificia Universidad Católica de Chile (beca CONICYT). Entre 2013 y 2015 trabajó como investigadora para el Catálogo razonado del Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile. Y entre 2016 y 2020 se desempeñó como profesora en el Instituto de Arte de la PUCV. Ha centrado su trabajo de investigación y escritura sobre museos, colecciones y archivos de arte latinoamericano. Ha sido co-curadora, junto a María Berríos, de la exposición “Alberto Cruz: El cuerpo del arquitecto no es el de un solo hombre” (MAVI-2017) y curadora de las exposiciones “El museo en tiempos de revolución” (MNBA – 2019) y “1872” (Palacio Pereira – 2021). Entre sus publicaciones recientes destacan: “¡Las musas se tomaron el museo!” (Seminario internacional de investigación, 12 Bienal del Mercosur, 2020), “El Happening de las gallinas de Carlos Leppe: documentación y peritaje” (D21 Editores, 2020), “Historias de boicot: sobre las causas y consecuencias de la participación de Chile en el boicot a la X Bienal de Sao Paulo, 1969” (Peter C. Marzio Award , ICAA – Museum of Fine Arts, Houston, 2019) y el libro Álvaro Guevara La tela, el papel y el cuadrilátero (Mundana Ediciones, 2019). Es co-editora del sello independiente Ediciones JGV.
Lorien Suarez-Kanerva Wooded Terrain #1 (an ongoing studio painting) 2021
By Lorien Suárez-Kanerva
Lorien Suarez-Kanerva Wooded Terrain #2 (an ongoing studio painting) 2021
New Artwork Series “Wooded Terrain”
Artist/Palm Desert, California
Over the last couple of months, I became creatively captivated by trees. I studied photographs, videos, and books, especially about trees’ anatomy and their fractal patterns. While doing this research, I created studies of a variety of trees.
Lorien Suarez-Kanerva Wooded Terrain Study # 1, 2021
Suzanne Simard in her TED Talk “How Trees Talk to Each Other?” addressed something that I had somehow sensed about trees. I appreciate and respect trees with their extensive lifespans reaching well beyond ours. Discovering that forests and old trees have an extensive repository of Wisdom and a root network through which they share resources and information was awe-inspiring.
Lorien Suarez-Kanerva Wooded Terrain Study #4, 2021
In his work, “Earth and Reveries of Will,” Gaston Bachelard makes observations from a phenomenologist’s perspective that address trees’ significance at a symbolic level. “To understand its role adequately, one must, at least once in one’s life, have loved a majestic tree and been moved by its counsel of solidity.”
To expand on this symbolic meaning of trees, Bachelard reflects on Virginia Woolf’s description of an Oak tree in her writing, “Orland: A Biography.”
Lorien Suarez-Kanerva Wooded Terrain Study #7, 2021
The dreamer moors his irresolute heart to the heart of the tree,…suddenly the dreamer who experiences the intimate hardness of the tree understands that the tree is not hard for nothing,…it gives to human beings a towering image of legitimate pride…and returns us to the peaceful condition of solidity. Gaston Bachelard, “Earth and Reveries of Will,” Chapter 3: Metaphors on Hardness and Solidity
Bachelard elaborates on the qualities that the tree represents.
Lorien Suarez-Kanerva Wooded Terrain Study #6, 2021
One who experiences images in all their original force knows well that no image appears by chance, that every image that has been restored to its psychic reality has deep roots. Ibid.
Alongside trees, landscapes don’t just exist to be contemplated; they have a dynamic character. “A landscape is a state of mind…gauging its forces and resistances.” Ibid. I use the term terrain to connect the title and this series with this expanded consideration of the terrain as a landscape with symbolic value.
Lorien Suarez-Kanerva Wooded Terrain Study #3, 2021
The dynamic character of landscapes rests with how these respond to forces and resistances. I find this reflection of interest to me as an artist since it connects with the beauty that I perceive from weathering. As landscapes and living forms adapt to the action of forces on them from their environment, the particular form of response they present creates a variation and transformation that’s unique to the circumstances of the specific hardship experienced.
Bachelard expands this analysis of the adaptation process by introducing the added matter of the will. The will becomes activated to meet the challenges presented by the environment.
Lorien Suarez-Kanerva Wooded Terrain Study #5, 2021
The resistant world lifts us out of our static reality, beyond ourselves, initiating us into the mysteries of energy. Henceforth we are awakened beings. Hammer or trowel in hand, we no longer stand alone – we have an adversary, something to accomplish. However insignificant it may be, we have, as a result of this, a cosmic destiny. Chapter 1: The Dialectics of Imaginary Energies
Lorien Suarez-Kanerva Wooded Terrain #3 (an ongoing studio painting) 2021
Here, I would venture to suggest that trees are, just as much as human beings, also exerting a will to adapt to adversity. In essence, trees are also “in handling diverse and quite distinctive types of matter, [developing their] own individual patterns of flexibility and resolution. Not only do [they] become adept at the crafting of forms, [trees] become materially skillful at balancing [their] strength against the resistance of matter…the [tree] at work elevates the subject to a higher plane, to an enhanced or dynamized level of existence.” Ibid.
Currently, I have begun two new artworks in the series Wooded Terrain #2 focusing on Joshua Trees and Wooded Terrain #3 focused on the Tasmanian Snow Gum Tree. This is an ongoing project to share in the near future.
Lorien Suarez-Kanerva Wooded Terrain Study #12, 2021
Lorien Suarez-Kanerva Wooded Terrain Study #11, 2021
Lorien Suarez-Kanerva Wooded Terrain Study #10, 2021
Lorien Suarez-Kanerva Wooded Terrain Study #9, 2021
Lorien Suarez-Kanerva Wooded Terrain Study #8, 2021
Lorien Suarez-Kanerva Wooded Terrain Study #2, 2021
Recently, Pulitzer Prize-winning art critic Jerry Saltz got himself in some trouble when he tweeted: “A good critic always puts more into writing about art work than the artist put into making it. The artist only creates. The critic must plumb that creation & also write creatively enough to deliver the full volume of the art while also creating a thing of beauty & clarity itself.”
The howls of those who make the art were loud and long, and to his credit, Saltz later apologized for the tweet, saying he intended merely to note that critics are creators in their own right, and that good criticism is art in and of itself.
Pulitzer Prize-winner Jerry Saltz stirred up a recent Twitter controversy with comments about the role of the critic. (Dia Dipasupil/Getty)
The tempest over Saltz’s tweet dovetailed with some thinking I’ve been doing about what I do in this space. It has been almost exactly nine years since I first published my very first Biblioracle column in the dearly departed Printers Row book section, and I still don’t have a concise description of my role here. When asked, I say that I write about books and stuff.
Yes, I am a recommender of books, an unparalleled expert on that front if I do say so myself after these nine years, but this is not my full purpose. What else am I?
I am confident that I’m not a critic of the kind Saltz is thinking of. For me, critics are a combination of judge, historian and teacher, and when done well it truly is an art form in and of itself. Good criticism can help contextualize a work as part of the broader culture. It can help us see things about a work of art that might otherwise be hidden. Art does not need critics to come into existence, but it is invariably better off for the work of critics. A good critic can even make you appreciate something that you didn’t know you were even interested in.
A good example close to home is the recently departed Tribune architecture critic Blair Kamin, who won a Pulitzer Prize of his own in 1999. Writing about the architecture of the city, Kamin not only judged quality, but enhanced our understanding of the role architecture plays in the past, present and future of Chicago.
A good critic like that literally helps you see better, and when the critic sees problems, as Kamin did with his Pulitzer-winning series on the late-’90s development of the lakefront, the community is strengthened. I didn’t know I cared about architecture until I read Kamin.
Sometimes you will read my commentaries about a specific book and this will look like a review, but in my mind, they are almost always what I like to call an “enthusiasm.” I choose to write about a book, because it excites me and I’m eager to pass the word on to others. My goal is not to weigh the merits of the book as a reviewer, but to sing its praises.
Perhaps that’s what I am, an “enthusiast” for books and reading. An enthusiast need not be a Pollyanna — in fact, I’m more likely to be a worrywart than an optimist — but the enthusiast wants the object of their enthusiasm to thrive.
That’s me.
What a privilege to have had a role as a public enthusiast for nine years.
John Warner is the author of “Why They Can’t Write: Killing the Five-Paragraph Essay and Other Necessities.”
John Warner is the author of the novel “The Funny Man” and writes the Biblioracle column for Printers Row Journal. An editor at large for McSweeney’s Internet Tendency, he is a visiting professor at the College of Charleston in South Carolina.