“Membrillo”. Peter von Artens (1936-2003) Aunque algunos especialistas insisten en diferenciar el hiperrealismo del fotorrealismo aduciendo aspectos poco convincentes, ya que la verdad parece ser otra, pues la mayoría de los artistas que se expresan a través de la hiperrealidad, se valen de fotografías para reproducir obras apegadas al más mínimo detalle del tema. El hiperrealismo es una propuesta artística fría e impersonal. Donde lo verdaderamente importante es domeñar el reto que el tema plantea para su ejecución. Derivándose de ahí la admiración que produce en muchos espectadores que ven en en la supuesta hazaña verista un acto de magia o presdigitación, cuando sólo están ante la presencia de un objeto “artístico” realizado por alguien con un tremendo dominio del oficio. En ocasiones el extremado realismo interpretativo produce un efecto contrario al deseado en el espectador, pues el artista hiperrealista, en su afán de lograr un parecido absoluto con el modelo, sobrepasa la realidad exagerando ciertos aspectos del tema que ni la vista es capaz de ver, ni la cámara fotográfica capaz de reproducir con la nitidez que aparecen en algunos de sus trabajos. Cabe señalar que el hiperrealismo además de su capacidad de reproducir, magnificados y con pasmosa meticulosidad, objetos de nuestro diario entorno como coches, fachadas, azucareras, botellas de salsa de tomate, calles, etc. Es una manifestación artística que se sirve para la mayoría de sus temas, igual que su antecesor el arte pop, de objetos triviales producidos en serie. Además ejecutan elaborados retratos y paisajes de todo tipo. El hiperrealismo es un arte esencialmente norteamericano surgido a finales de la década de los 60’. Algunos de sus más destacados representantes americanos lo son: Chuck Close, Richard Estes, etc. De otras nacionalidades se encuentran algunos de los más renombrados artistas hiperrealistas como el chileno Claudio Bravo, el argentino Peter von Artens y el español Antonio López García, por sólo citar unos pocos. Roberto Cayuso
¿Qué es la abstracción geométrica?
¿Qué es la abstracción geométrica?
¿Qué es la abstracción geométrica?
Esta es una de las formas del arte abstracto que utiliza formas geométricas colocadas en un espacio no ilusionista (aunque no siempre) y luego se combinan para formar composiciones figurativas (no objetivas). A partir de la experiencia y los resultados de muchos años de investigación en el campo del arte, los artistas han sugerido que el proceso de abstracción geométrica puede ser una solución para los problemas modernos, donde algunos artistas han venido rechazando las prácticas ilusionistas.Artwork by Francois Morellet
Nacido en La Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina, César Paternosto estudió dibujo y pintura desde su infancia, si bien se recibió de abogado, profesión que ejerció por un breve período. Su eje artístico inicial fue el expresionismo abstracto, pero a partir de 1961 se interesó en las culturas precolombinas y comenzó a hacer bocetos con formas geométricas rudimentarias que aludían al arte amerindio, que desembocaron en sus primeras abstracciones geométricas, con elementos cargados de significado simbólico. En la década de 1960 también estudió la obra y las teorías de Josef Albers, y en 1965 empezó a experimentar con bandas circulares concéntricas. En 1969, dos años después de instalarse en Nueva York, Paternosto desarrolló su método de pintar en los bordes y el canto de la tela, dejando libre la zona frontal de esta.
En 1977, durante un largo viaje por el norte de la Argentina, Bolivia y Perú, visitó algunos de los lugares más emblemáticos de la cultura precolombina, como Tiahuanaco, Cuzco, Ollantaytambo y Machu Picchu. Esta experiencia lo impulsó a publicar, en 1989, el libro “Piedra abstracta”, en el que compiló su investigación sobre el arte simbólico y abstracto de las antiguas civilizaciones americanas.
Paternosto expuso sus obras en la galería Lirolay (Buenos Aires, 1964); “Latin American Art Since Independence”, Yale University (Connecticut, 1965); “The 1960s: Painting and Sculpture from the Museum Collection”, Museum of Modern Art (Nueva York, 1967); “Beyond Geometry”, Center for Inter-American Relations (Nueva York, 1968); “Paintings: 1969-1980”, Center for Inter-American Relations (Nueva York, 1981); “Retrospectiva”, Fundación San Telmo (Buenos Aires, 1987); “Abstraction as Meaning”, Exit Art, The First World Gallery (Nueva York, 1993); 1ª y 3ª Bienal de La Habana (Cuba, 1981 y 1989), “La Escuela del Sur: el Taller Torres-García y su legado”, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid, 1991), y Jorge Mara – La Ruche (Buenos Aires, 2004). Vive y trabaja en Buenos Aires.
Es oriunda de Bahía Blanca. Se trasladó a Buenos Aires para estudiar arquitectura pero finalmente decidió cursar el profesorado de Pintura y Dibujo en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, donde se graduó en 1997. Durante sus años de formación, asistió al taller de Adolfo Nigro y Juan Doffo, así como a clínicas de obra con Pablo Siquier, Tulio de Sagastizábal y Graciela Hasper. Terminada su carrera, comenzó a trabajar de forma sistemática en sus pinturas. Formó parte del grupo Ø cero barrado, con el que expuso en el Centro Cultural Borges, en 1999, y en espacios no convencionales del circuito de Buenos Aires. Recibió menciones y distinciones por su trabajo en la Bienal Regional de Arte de Bahía Blanca (1998) y por parte de la Fundación Federico Klemm (1999). Fue premiada por la Universidad del Salvador en 2001, año en que se hizo acreedora del Premio Palais de Glace a Nuevos Pintores. Posteriormente, obtuvo una mención en el Premio Banco de la Provincia de Buenos Aires (2006).
Exhibió su obra en el Museo de Arte Contemporáneo de Bahía Blanca (1998), el Centro Cultural Recoleta (2000) y en las galerías Del Infinito Arte (2003 y 2007) y Elsi del Río (2008). También mostró sus trabajos en la Sala de Exposiciones La Caja de Extremadura de Cáceres, España (2004).
Entre sus muestras colectivas, se cuentan Arte abstracto (hoy) = fragilidad + resiliencia (Centro Cultural de España en Buenos Aires, 2005), Ortodoxia/heterodoxia (Le 19, Centre Régional d’Art Contemporain en Montbéliard, Francia, 2007), la Bienal Nacional de Arte (Museo de Arte Contemporáneo de Bahía Blanca, 2007), Campo de asociaciones (Museo Arqueológico y de Arte Contemporáneo de Guayaquil, Ecuador, 2011) y Punto, línea y curva (Centro Cultural Borges, 2011).
Georg Karl Pfahler was a leading German painter known for his Hard-Edge abstractions. The artist dedicated his entire career to the investigation of the relationship between color, shape, and space, and was considered at the forefront of the Color Field movement. “In Pfahler’s painting the color has both a displacing and a constitutive function, which bewilders and stimulates the observer to critical reflection,” Peter Beye once wrote of his work. Born in 1926, Pfahler studied at the Kunstakademie Stuttgart under Willi Baumeister, graduating in 1954. Initially working as a sculptor, it was Baumeister who encouraged Pfahler to focus on painting. Influenced by the tradition of European Art Informel, he quickly began to adopt an innovative abstract geometric painting style by the early 1960s. Pfahler continued to reduce his style even further to exclusively focus on the dynamic between shapes, and to examine the deeper relationships between space and color. By the mid 1960s, Pfahler had exhibited alongside artists such as Frank Stella, Ellsworth Kelly, and Kenneth Noland in shows such as “Signale” at the Kunsthalle Basel, Switzerland. In 1966, Pfahler had his first show in the United States at Fischbach Gallery, curated by Barnett Newman. Pfahler went on to represent Germany alongside Gunther Uecker, Heinz Mack, and Kaspar Thomas Lenk at the Venice Biennale in 1970. In the decades that followed, Pfahler continued to experiment with the constraints and boundaries of painting. He died on January 6, 2002 in Heimerzheim, Germany. Today, the artist’s works are held in the collections of The Museum of Modern Art in New York, the Städel Museum in Frankfurt, and the Neue Nationalgalerie in Berlin, among others.
Georg Karl PfahlerGeorg Karl PfahlerGeorg Karl Pfahler
AMERICAN ABSTRACTION SINCE ELLSWORTH KELLY MONDAY, DECEMBER 2, 2013 HOSTED IN ASSOCIATION WITH CHRISTIE’S IN HONOR OF ELLSWORTH KELLY’S 90TH BIRTHDAY FEATURING ARTISTS LYNDA BENGLIS, JULIE MEHRETU, ODILI DONALD ODITA AND FRANK STELLA MODERATED BY ROBERT STORR, CHAIRMAN OF FAPE’S PROFESSIONAL FINE ARTS COMMITTEE AND DEAN OF THE YALE SCHOOL OF ART.
Art Palm Beach, APB, is an American international art fair that, for its 2020 edition, decides to direct its line of promotion and sales of established and emerging artists from all over the world, incorporating a permanent curatorial pavilion and a renewed Main session.
APB will offer visitors the opportunity to enjoy an expanded artistic experience based on research axes that provide readings on relevant constitutive aspects of society such as migration, diversity, environmental stability, relationships with the space we inhabit, culture, identity, and evolution.
The design of the curatorial pavilion will now allow to see works as a personal document on the interests, visions, and concerns of artists and photographers while the Main session adjusted new participation criteria.
From these premises, APB_2020 has decided to renew its commitment to artists, gallerists, collectors, and art enthusiasts, producing a complementary education and training program through the APB Power Talks. Composed of lectures by influential art professionals and associated disciplines, guided visits to students from local schools, community workshops, and the distribution of guidance guides for gallerists with business tips, museography, and marketing that will help them successfully boost their business plans. All activities of the APB_Power Talks program are free of charge.
The art ecosystem is not so distinguishable from the ecological system that artists operate during their creative processes. That is, both notions require connecting to a natural process of network-like flows to imagine, create, participate, and occupy the best places that will end in the competitive circuit of the international art market. In this sense, APB_2020 planned as a rewarding spectacle where exhibitors and collectors can establish new business strategies.
Lee Ann, APB creator, and director with her husband, David Lester, announced that Corey Hampson joined the project as Co-Director of APB_2020, which will enhance executive management at all levels to the organization. Aboard APB, Corey Hampson said: “I am pleased to work with the Lester who have been industry pioneers for more than 40 years in assisting dealers in developing a more creative, profitable, and innovative new approaches and opening new markets in the coming years.”
Furthermore, Lee Ann reported: “We are proud to announce, on the one hand, the inclusion of Azmara Club Cruises as the main sponsor of APB_2020, a company whose values are common to APB. Azmara Club Cruises represents a leading figure in the importance of authentic cultural immersion experiences and committed to environmental management. On the other hand, we are pleased to have the participation of Pietro Daprano as the Artistic Director of APB_2020 to guarantee the conceptual and production design of the event”.
Regarding this new alliance, it is worth mentioning the economic geography that APB_2020 offers, is strategic in the development of economic, social, and cultural opportunities by being located in Palm Beach County in the state of Florida, USA. According to Bloomberg’s world leader in trade and financial data, Palm Beach ranks third in the wealthiest US codes, averaging $1.25M. It is estimated that 24% of the world’s millionaire families reside in Palm Beach.
About the fairground atmosphere that one could already sense, Lee Ann tells us: “APB_2020 will offer visitors an emotional center of artistic immersion, enjoying a creative experience of high level that will enhance the vision of art and a sense of environmental conservation. We are convinced that it is necessary to listen to what the planet tells us through art.”
Within this natural concept of interpretation of the art ecosystem, APB_2020 managed to compose a team of leading experts dedicated to building the most significant and best art promotion platform in South Florida that will offer all the support, so gallerists make the most of their investments.
APB_Main Section with the participation of more than 85 established galleries from all over the world. This section aims to collect more galleries of more significant trajectory; their proposals will be subject to the evaluation and advice of our advisory committee.
APB_Focus will be the new section that aims to strengthen the links between Latin America and the US contemporary art market. Invited galleries from Argentina, Chile, Uruguay, and Venezuela will exhibit contemporary artists from each country.
APB _Next Level is the section for new artistic proposals. Its purpose is to create dynamic exhibitions with young galleries to showcase the most innovative contemporary projects.
APB _Flow is the experimental section of the fair. Here the latest art of new media and video will be presented. It is a proposal that seeks to maximize the interaction of the viewer with the work. Also, a section of large installations aims to give a display space for large artworks on site.
APB_Kabinett consists of highlighting the works of art masters presented through Kabinett. It intends to offer collectors and the public, a museum solution, a type studio format that serves in showing selective works of modern art. The particularity of the proposal brings with it the history of the great collectors of the sixteenth century. The purchases were an act of patronage that derived in the seventeenth century, legitimating interest in collecting. From that time, the Painting Cabinet or Gallery Painting.
APB_Editorial,APB inaugurates a new section the for collectible artists’ books, Zines, art editions, visual poetry books, artist’s photography books, and artist videos. Creating a new fair environment for both the artist and the collector this section will also include master catalogs of international photographers by such names as Diane Arbus, Sally Mann, Vivian Maier, Ansel Adams, Robert Frank, Jock Sturges with other notoriety contemporary photographers. This section proposes to recognize the contributions of both photographers and extraordinary artist’s working in both print editions and all forms of printed matter.
APB_Eco is another of the activities linked to APB Power Talks that will undoubtedly influence the exhibition sessions. Its action operates under the slogan Art can also save the planet. APB 2020 believes that the manufacture of the avant-garde, extraordinary designs, big business, or the best materials should not pose a threat to the world; quite the contrary, its presence must provide an intelligent solution that protects and supports and everyone’s well-being. APB marks the next step in the evolution of the art market, constituting the APB eco-program, an initiative that promotes the research work of artists interested in environmental conservation and energy saving, imagining ideas about sustainable development as a creative solution for life.
APB_Power Talks is the line of support for dealers and social responsibility with the community. It is about an educational and formative impulse that will develop actions as the delivery of Eblast with information about the new tendencies in art, digital conections, design, and photography. Business Guides Tips, Museography, and Marketing. Community schools will benefit from guided visits, reviews of young photographers’ portfolios. Visitors, in general, will be able to participate in talks and conferences with leading professionals from the world of art, business, conservation, and urban planning.
If you visit a museum with a collection of modern and contemporary art, you’re likely to see works that sometimes elicit the response, “My cat could make that, so how is it art?” But is it true? Could anyone create one of Jackson Pollock’s drip paintings? Sarah Rosenthal dives into the Abstract Expressionist movement in hopes of answering that question. Lesson by Sarah Rosenthal, animation by Tomás Pichardo-Espaillat.
El Moderna Museet revisa el desarrollo del arte concreto en América del Sur entre los treinta y los setenta
El término de Arte concreto fue acuñado en 1930 por Theo Van Doesburg en su manifiesto “Arte Concreto”, escrito en repuesta a la formación de la asociación “Cercle et Carré”.
Firmaron el documento Hélion, Carlsund, Tutundjian y Wantz. A la muerte de Van Doesburg, acaecida en 1931, sus ideas son retomadas a finales de los años 30 por dos artistas suizos, Max Bill y Jean Arp, quienes publican varias obras y realizan importantes exposiciones de pintura, escultura y artes aplicadas.
La denominación “concreto” o “concretista” es asumida en Suiza en el período de la postguerra por artistas que trabajan en la corriente de la abstracción geométrica. La relación entre abstracción y arte concreto queda patente en la exposición de la Galería René Drouin de París de 1945, ya que se trata de la primera exposición importante de arte abstracto, y su título fue precisamente “Art Concret”.
Montevideo, Caracas, Buenos Aires, Río de Janeiro o São Paulo, ciudades que experimentaban, a mediados del siglo pasado, un crecimiento rápido, fueron el escenario, en esa misma etapa, de indagaciones artísticas igualmente vigorosas a cargo de artistas que exploraban las fronteras del arte concreto, al que había puesto nombre Theo van Doesburg en 1930 en un manifiesto así llamado. El de Utrecht fallecería al año siguiente, pero su legado lo retomaron, en Europa, Jean Arp o Max Bill, y en Latinoamérica un buen número de artistas fundamentales de la región que mantuvieron viva su defensa de que la creación no había de servir para simular realidades virtuales o ilusorias. La máxima de los impulsores del arte concreto era: Materiales reales, espacio real.
A mediados de la década de los cuarenta, cuando Europa empezaba a salir del infierno, autores argentinos comenzaron a reinterpretar y desarrollar aquel arte concreto que Van Doesburg había iniciado en París. Rechazaron la figuración, argumentando que tendía a amortiguar la energía cognitiva del hombre y a distraerlo de sus propios poderes, y dejaron de buscar la sugestión de espacios tridimensionales en las superficies bidimensionales de los lienzos. Consideraban que todos debíamos rodearnos de objetos reales, no de ilusiones, y entendieron como la gran bondad del arte concreto el acostumbrar al individuo a relacionarse directamente con las cosas, y no con ficciones generadas a partir de ellas. Aspiraban a crear una realidad autónoma usando formas geométricas planas universales y defendían que la pintura no debería simbolizar o significar nada más allá de sí misma y que nada es más concreto o real que las líneas, los colores y las superficies.
Rechazaron la figuración, argumentando que tendía a amortiguar la energía cognitiva del hombre, y a distraerlo de sus propios poderes
A aquellos artistas argentinos que cultivaron esta corriente desde cierta proximidad cronológica con Van Doesburg, les sucedieron artistas brasileños, uruguayos y venezolanos. Especial atención merecen los primeros: a mediados de los cincuenta, Lygia Clark, Lygia Pape y Helió Oiticica desafiaron, en profundidad, el concepto de la obra de arte como un objeto estático y sus incursiones en el arte concreto fueron el punto de partida para el desarrollo de producciones mucho más complejas.
Las similitudes visuales entre los trabajos de unos y otros artistas latinoamericanos vinculados a este movimiento son evidentes, pero también lo son, muchas veces, las contradicciones respecto a sus intenciones originarias. En torno al tronco común del arte concreto se generaron numerosas facciones creativas con trayectorias más o menos largas y fecundas durante cuatro décadas y esos grupos también manifestaron sus ideas, ocasionalmente utópicas, en textos y manifiestos propios que distribuían como panfletos o que publicaban en prensa o en las revistas que ellos mismos editaban.
El Moderna Museet de Estocolmo ha querido revisar unas y otras corrientes a partir de una extensa selección de obras fechadas entre los treinta y los setenta; muchas pertenecientes a la colección de Patricia Phelps de Cisneros. Hay que recordar que parte de sus fondos conformarán próximamente un museo propio en Tabacalera y que recientemente ha donado un buen número de piezas al Museo Reina Sofía, el MoMA, el Museo de Arte de Lima, el de Arte Moderno de Buenos Aires, el Blanton Museum of Art de Texas y el Bronx Museum of the Arts de Nueva York, con el objetivo de favorecer la investigación y difusión del arte latinoamericano.
Junto a los creadores latinoamericanos (Geraldo de Barros, Aluísio Carvão, Willys de Castro, Lygia Clark, Waldemar Cordeiro, Cruz-Díez, Judith Lauand, Raúl Lozza, Tomás Maldonado, Juan Melé, Juan Alberto Molenberg, Hélio Oiticica, Alejandro Otero, Lygia Pape, Rhod Rothfuss, Luiz Sacilotto, Iván Serpa, Jesús Rafael Soto, Torres-García o Rubem Valentim), también están representados en la muestra artistas europeos, de carrera o de origen, como Mira Schendel, Max Bill, Gyula Kosice, Gego o Anatol Wladyslaw.
Unos y otros trabajaron sumidos en una era postbélica de optimismo y cambio social, de crecimiento económico, pero también de autoritarismo político. Era habitual que poetas, músicos, arquitectos y artistas trabajasen unidos en proyectos interdisciplinares y que se inspiraran entre sí, y algunos de los manifiestos a los que nos hemos referido nacieron precisamente de esas interacciones creativas –en Estocolmo se exhiben varios de ellos–. Ciertos creadores trabajaban desde un enfoque político más evidente y crudo que otros, pero todos compartían confianza en el potencial del arte no figurativo a la hora de dar forma, valga la paradoja, a la sociedad moderna.
Más allá de las colaboraciones, hubo también entre ellos influencias en la distancia: el suizo Max Bill, que organizó la primera exposición de arte concreto en Basilea, en 1944, dejó una huella fundamental en el desarrollo del movimiento en América a partir de sus contactos con los argentinos Tomás Maldonado y Juan Melé. Además, en São Paulo pudo verse, en 1951, una retrospectiva suya que sería decisiva en la escena brasileña.
El uruguayo Torres-García, quien entabló amistad con Van Doesburg en París, sí incorporó símbolos a su obra. Ya sabéis que, tras casi cuatro décadas recorriendo Europa y Estados Unidos, regresó a su país natal en 1934 y, al año siguiente, publicó La escuela del sur, un texto en el que enfatizaba que el arte de las naciones que habían entrado rápidamente en la modernidad debía estar lleno de contenido y mantener un enlace continuo con lo popular. Animó a sus colegas a conocer el contexto global sin olvidar el local, y él mismo conjugó el constructivismo europeo con trazos precolombinos. Su compatriota Rhod Rothfuss se trasladó a Buenos Aires en 1942, donde tuvo una considerable influencia en el desarrollo del arte concreto.
En esos inicios de los cuarenta Argentina descubrió las bondades de esta corriente, en parte gracias a Maldonado y Kosice. Rothfuss escribiría en la revista Arturo que, aunque la abstracción había liberado al arte de representar la realidad desde postulados realistas, sí se adhirió a la idea de que la pintura podía ser la ventana ilusoria de acceso a otros mundos. Por eso, si los pintores abstractos manejaron sobre todo formatos rectangulares, las formas irregulares por las que apostaron los concretos fueron otra vía más para la ruptura.
En Venezuela, después de que la Junta Militar tomara en 1948 el poder, muchos artistas, Jesús Rafael Soto entre ellos, partieron hacia París, donde se unieron al colectivo Los Disidentes, que años antes había creado Alejandro Otero.
A diferencia de muchos de sus contemporáneos, Soto no estaba interesado en el movimiento mecánico y sus posibilidades plásticas, sino en el dinamismo humano y ocular. Sus trabajos cambian de apariencia a medida que el espectador se desplaza en torno a ellos. Cruz-Diez también ahondaría en las interacciones entre arte y espectador, a través del color y de proyectos interactivos en los que el público podía alterar la posición de sus elementos.
Por su parte, Gego, que había llegado a Venezuela en 1939 escapando del nazismo, comenzó a utilizar en los sesenta alambre, papel y hierro para crear dibujos tridimensionales. Sus instalaciones de cables crean también nuevos nexos entre líneas, formas y espacios.
Juscelino Kubitschek quiso condensar en Brasil medio siglo de desarrollo en cinco años y Brasilia y Niemeyer fueron, en los sesenta, emblema de esa transformación social radical. Sin embargo, los principales núcleos artísticos del país continuaron siendo São Paulo y Río de Janeiro. En el Museo de Arte de São Paulo, inaugurado en 1947, se expuso a Alexander Calder, Le Corbusier y Max Bill. Cuando el Grupo Ruptura se lanzó en São Paulo en 1952, sus miembros, incluidos Waldemar Cordeiro, Geraldo de Barros, Luíz Sacilotto, Judith Lauand y Anatol Władysław, se dejaron influir decisivamente, de nuevo, por Bill. Rechazaron el naturalismo en pos de un enfoque analítico y teórico del arte, y la lógica y las matemáticas fueron sus herramientas para comprender y representar la realidad objetiva. Las superficies lisas de materiales industriales enfatizaban que la obra de arte era independiente del artista.
1954 fue el año del lanzamiento del Grupo Frente, cuyo gran impulsor fue Iván Serpa, quien propuso un uso más experimental y exploratorio del arte concreto. A este colectivo se ligaron Lygya Clark, Lygia Pape, Aluísio Carvão y Oiticica, y el crítico Mário Pedrosa, amigo personal de muchos de ellos a quien el Reina Sofía dedicó una reciente exposición, teorizó sobre sus creencias en el poder revolucionario y regenerador del arte. Subrayó que este debería enseñar a las personas a “ejercitar plenamente sus sentidos y moldear sus propias emociones”.
A finales de los cincuenta, algunos miembros de Frente se propusieron alcanzar la fusión de arte y vida. Sus ideas se plasmaron en el Manifiesto Neoconcreto de 1959 escrito por Ferreira Gullar y firmado por, entre otros, Clark, Pape, Oiticica y Franz Weissmann. Estos artistas se opusieron a la creciente interpretación racionalista del arte concreto, afirmando que a la teoría se le daba demasiada importancia y el arte se confundía con la ciencia. Fuertemente influenciados por la fenomenología del filósofo Maurice Merleau-Ponty, abogaron por que todos los sentidos, y no solo la vista, fueran necesarios para experimentar la creación. Sus pinturas y esculturas se trasladaron entonces de las paredes y plintos a los suelos y se animó a los espectadores a tocarlas y transformarlas. En algún caso desarrollaron proyectos en el espacio público, convirtiendo a los viandantes en parte del proceso. El ejemplo más claro es el de Hélio Oiticica, que colaboró con una escuela de samba en una favela en Río; sus parangolés son “mantos” que la gente puede usar para bailar y vivir.
El arte concreto también llegó a Suecia. Otto G. Carlsund fue uno de los miembros del grupo fundado por Van Doesburg en París y, en buena medida gracias a él, obras de aquel y de Mondrian formaron parte de la Stockholm Exhibition de 1930. Sin embargo, en este país la corriente no se desarrolló de forma pura, sino con tintes figurativos o abstractos (Lennart Rodhe, Olle Bonniér). Quizá quien se mantuvo más fiel a las esencias fue Olle Bærtling, que en 1959 participó en la Bienal de São Paulo. Algunos trabajos de todos ellos, procedentes de los propios fondos del Moderna Museet, forman parte de la exposición.
Si Estocolmo nos queda lejos, siempre podemos acercarnos a la Fundación Banco Santander. El arte concreto brasileño tiene una presencia importante en la exposición que esta institución dedica a la colección Montenegro.
El escritor cubano Adrián Henríquez presenta dos novelas
Presenta dos de sus novelas, “El último contrato” y “Los supervivientes”, ya disponibles en Amazon. Adrián Henríquez vive en Knoxville, Tennessee. Es todo un personaje; escritor prolífico (ya ha creado cinco novelas), gran aficionado a las artes marciales y a la política; siempre con su Cuba muy presente en todas sus historias. “Mis novelas se inscriben en el género del tecno-thriller, explotan lo referente a las armas, los sofisticados equipos de espionaje y la tecnología militar”, cuenta el autor, que tiene entre sus autores favoritos aTom Clancy, Dan Brown y Robert Ludlum. Adrián Henríquez (Villa Clara, Cuba, 1987) graduado de la escuela de arte Manuel Ascunce Domenech en la especialidad de teatro. Dedicó sus primeros años de graduado a desempeñarse como actor, director y guionista de diferentes proyectos y obras teatrales. En el 2009 ante la irresistible situación económica y política de su país, escapa de Cuba por México, pidiendo asilo político en los Estados Unidos. Como todo nuevo emigrante ha trabajado en múltiples oficios, lo cual no lo ha alejado de su pasión, los libros y escribir. Sobre “El último contrato” hace la siguiente sinopsis: su protagonista, Alex, acepta su último contrato por el valor de veinte millones de dólares para asesinar a un ex general del desaparecido gobierno de Saddam Hussein, quien se oculta en Cuba. Sobre “Los Supervivientes” resume: La Tercera Guerra Mundial comienza y finaliza en pocas horas dejando los continentes transformados en gigantescos campos radiactivos. Solo sobreviven al impacto de los misiles intercontinentales algunas ciudades costeras y un puñado de islas, entre ellas; Cuba.