Las miradas del pensamiento de Alexander Martínez

Alexander Martínez es un artista visual venezolano residenciado en Nueva York, quien cuenta con una amplia trayectoria artística, la cual inicia con sus estudios académicos en 1988, año en el que comienza con los talleres libres de Dibujo y Pintura en la Escuela de Artes Visuales Cristóbal Rojas, en Caracas, institución de la que egresa en 1993 en la especialidad de Arte Puro. Desde entonces, Martínez ha realizado un gran número de exposiciones individuales y colectivas en diferentes museos y galerías de países como Venezuela, Bolivia, Colombia, Líbano, Canadá, Estados Unidos y Suiza. Su obra, además, forma parte de importantes colecciones públicas y privadas, tanto venezolanas como internacionales. 

Las miradas del pensamiento de Alexander Martínez

Continuando con su constante actividad expositiva, ahora tenemos la oportunidad de apreciar su producción más reciente en los espacios del William V. Musto Cultural Center, en Nueva Jersey, lugar en donde, desde el 13 de abril, presenta un grupo de 12 obras en las que trabaja la pintura, el dibujo y la instalación, cuya lectura está organizada bajo el título de Miradas del pensamiento

El proceso de conceptualización y ejecución de la obra de Martínez, responde a las experiencias que vive y percibe, con la totalidad de sus sentidos, de los acontecimientos que transcurren en la cotidianidad urbana y otros escenarios del mundo, vivencias que encauza hacia su universo interior, ámbito desde el que procesa y transmuta la realidad externa, despojándola de realismo, de sus rasgos objetivos, propios de la realidad real, para entregarnos un discurso visual contentivo de imágenes cargadas de subjetividad, de emociones y sentimientos, de inventiva e imaginación, producto de las miradas de su pensamiento interior.

En su búsqueda y formación como artista, Martínez ha estudiado movimientos tales como el expresionismo, el cubismo y el surrealismo, de quienes ha sabido aprovechar algunos principios estéticos, los cuales ha replanteado, reinterpretado y aplicado en su discurso visual, según sus intereses artísticos, aunque lo expresionista ha sido un componente preponderante en casi toda su producción. Sus obras transmiten emociones y sentimientos marcados por la angustia existencial, la soledad, la enajenación, el exilio y las pasiones humanas.  

En sus composiciones observamos figuras, rostros y formas exageradas, distorsionadas, grotescas, retorcidas, mordaces, fragmentadas, aspectos que él subraya mediante el tratamiento de la línea irregular, sinuosa, de la mancha gestual, espontánea. Otras características en su obra son lo abigarrado, lo laberíntico, lo caótico, dispuestos en toda la superficie del soporte en el que se despliegan detalles de acontecimientos urbanos y de otros territorios del mundo, orientados de manera simultánea, entretejida, yuxtapuesta y/o superpuesta. 

Vale acotar que en esta exposición nos encontramos con propuestas visuales en las que Martínez incorpora elementos extrapictóricos, objetos encontrados, como pedazos de vidrio, por ejemplo, material que agrega en algunas de sus composiciones para aludir a la ira, en las que, aparte de la figura representada, se refleja la imagen del espectador de manera fragmentada, interesante este efecto que induce a la reflexión, además. Otra obra atractiva es la instalación con luz, en la que el artista hace uso de materiales aprovechables, que reincorpora en ella para crear una metáfora visual con la que se propone hacer una ofrenda al agua, recurso vital que se agota por el acelerado crecimiento demográfico y el cambio climático, propuesta que, de igual modo, nos ilumina, nos llama a la reflexión.

«Para ver claro, basta con cambiar la dirección de la mirada», como dice el escritor francés Antoine de Saint-Exupery. Efectivamente, eso es lo que hace Alexander Martínez después de ver y vivir la cotidianidad urbana y de otros ámbitos del mundo: dirigir la mirada de su pensamiento hacia su mundo interior, para luego entregarnos un repertorio de imágenes transfiguradas, con el objeto de activar nuestro pensamiento reflexivo y crítico.  

José Gregorio Noroño

Curador y crítico de arte

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