LYGIA CLARK. LA PINTURA COMO CAMPO EXPERIMENTAL, 1948-1958

6 de marzo, 2020 – 25 de octubre, 2020

Fechas pendientes de revisión

Pionera de la abstracción, Lygia Clark (Belo Horizonte, Brasil, 1920Río de Janeiro, Brasil, 1988) fue una artista fundamental de la segunda mitad del siglo XX. La exposición Lygia Clark. La pintura como campo experimental, 19481958 ofrece un nuevo análisis de los cruciales años de formación de la artista, el período comprendido entre 1948 y 1958, cuando experimentaba entre la figuración y la abstracción con el fin de articular el poderoso lenguaje visual que definiría las creaciones de su época de madurez. Junto con una relevante representación de su trabajo figurativo inicial, esta muestra reúne pinturas de las principales series que Clark creó en esta temprana época, brindando un panorama esencial de la primera década de su carrera artística.

Al plantearse la pintura como un “campo experimental”, expresión que la artista utilizó en una conferencia clave que dio en 1956, Clark pretendió redefinir el medio ampliando los límites de la pintura tradicional. Se dedicó al arte sin poseer una formación oficial específica, se integró en el ambiente artístico de Río de Janeiro a finales de la década de 1940 y participó en movimientos fundamentales, como el Arte Concreto y la Abstracción Geométrica, a lo largo de la década de 1950. La presente exposición se centra en la evolución de Clark mediante tres secciones estructuradas históricamente: “Los primeros años, 1948−1952”, “Abstracción geométrica, 1953­−1956” y “Variación de la forma: La modulación del espacio, 1957−1958”. Cada bloque presenta las ideas más significativas de Clark y refleja de manera concienzuda su desarrollo artístico a través de una selección de obras.

Esta muestra de las primeras creaciones de Lygia Clark, que coincide con el centenario del nacimiento de la artista, dedica una renovada atención de dimensión internacional a una artista imprescindible del panorama latinoamericano de posguerra. El Museo quiere expresar su agradecimiento a la Asociación cultural Lygia Clark de Río de Janeiro, y a los herederos de la artista por el enorme apoyo que han prestado a esta exposición.

Curator: Geaninne Gutiérrez-Guimarães

Lygia Clark
El violonchelista (O Violoncelista), 1951
Óleo sobre lienzo
105,5 x 81 cm
Colección particular
© Courtesy of “The World of Lygia Clark” Cultural Association

ARTISTA LYGIA CLARK

Lygia Clark nació en 1920 en Belo Horizonte, Minas Gerais (Brasil), y, a finales de la década de 1940, recibió una formación artística más bien informal en Río de Janeiro con los artistas brasileños Roberto Burle Marx y Zélia Ferreira Salgado. En 1950 viajó a París para continuar su formación con los maestros modernos Fernand Léger y Árpád Szènes. Celebró su primera exposición, titulada L. Clark-Ribeiro, en 1952 en el Institut Endoplastique de París, donde presentó sus primeros experimentos con la abstracción y las formas constructivas en trabajos bidimensionales. A su regreso a Brasil, a finales de ese mismo año, tuvo su primera muestra en solitario, Lygia Clark 1950-1952, en el Ministério da Educação de Río de Janeiro. Reconocida como artista emergente, Clark comenzó a participar en importantes exposiciones colectivas regionales, incluyendo la primera Exposição Nacional de Arte Abstrata (1953) y la Bienal de São Paulo (1953).

En 1954, se unió al colectivo vanguardista denominado Grupo Frente, junto con sus coetáneos Aluísio Carvão, Hélio Oiticica y Lygia Pape, entre otros, y tomó parte en las revolucionarias exposiciones del grupo celebradas hasta 1956. Siguiendo los principios de la abstracción geométrica, su obra de ese periodo optó por una rigurosa representación de formas geométricas, vivos colores y una sensación de orden. También participó en otras exposiciones importantes, tales como el Salão Nacional de Arte Moderna (1956 y 1957), la primera Exposição Nacional de Arte Concreta (1957) y la Bienal de São Paulo (1957). Hacia finales de la década de 1950, las preocupaciones estéticas y filosóficas de Clark confluyeron con las del neoconcretismo, un movimiento artístico brasileño creado en 1959 que rechazaba la naturaleza impersonal y objetiva de la abstracción concreta. Los neoconcretistas concebían sus obras como algo a medio camino entre el arte y la vida, y como experiencias en la esfera pública. Clark, miembro fundador, participó en la Exposição Neoconcreta de 1959, y creó obras tridimensionales que fomentaban la participación activa del espectador en la obra de arte.

Desde 1964 hasta comienzos de la década de 1970, Clark residió en París y creó una serie de obras poco convencionales que discurren paralelas a su prolongado psicoanálisis con el psiquiatra Pierre Fédida, que la llevó a abrazar la idea de una forma de arte terapéutica. Esas investigaciones coincidieron con revolucionarios acontecimientos ocurridos a nivel mundial, tales como los sucesos de Mayo de 1968 en Francia y la aparición de una nueva generación de artistas brasileños implicados en movimientos tales como la Nova Objetividade (nueva objetividad) y Tropicália (tropicalismo). Las obras de Clark pertenecientes a ese periodo incorporan elementos que estimulan el cuerpo a través de los ojos, los oídos y la nariz como una forma de integrar los sentidos sin dar prioridad a lo visual. Su investigación artística en ese periodo se centró en una práctica terapéutica que aspiraba a activar la conciencia subjetiva y corporal. Después de 1978, en los últimos compases de su carrera, Clark se dedicó en exclusiva a su actividad psicoanalítica. Falleció en Río de Janeiro en 1988.

MÁS ALLÁ DE LA PINTURA

En los años sesenta, tras sus tempranas investigaciones en torno al tema del espacio en la pintura, Lygia Clark creó su innovadora serie titulada Bichos, objetos geométricos realizados a partir de planos de metal articulados por bisagras que el espectador podía manipular otorgándoles infinidad de formas. Los Bichos de Clark ganaron el premio a la Mejor Escultura Nacional en la Bienal de São Paulo de 1961.

La radical proposición de Clark de incluir al espectador en la obra de arte se convirtió en elemento esencial de su proceso creativo, y situó a la artista como verdadera pionera de la escena Brasileña. El objeto artístico empieza entonces a dejar de ser objeto para convertirse en mediador, transmisor de experiencias y sensaciones. Así, es el propio espectador o visitante de un museo quien, al manipularlo, percibe su energía directamente.

Source: https://www.guggenheim-bilbao.eus/exposiciones/lygia-clark-la-pintura-como-campo-experimental-1948-1958

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