Charles Brewer-Carías y la simbología de la cestería Ye’kwána
Natalia Díaz Peña
Reseña
La simbología de la cestería Ye’kwána es una publicación promovida por Juan Carlos Maldonado Art Collection, coleccionista y amante del arte abstracto geométrico moderno y contemporáneo, quien adquirió la mayor colección de cestería indígena Ye’kwána al descubrir la belleza estética de los diseños de los makiritare que sintetizan los mitos de creación. Durante el año 2018, esta colección generó la exposición Convergencias/Divergencias: una fuente del arte primitivo hacia lo moderno, cuya curaduría reflexionaba sobre las posibles conexiones y diálogos que se establecen entre dos universos en principio antagónicos, pero en esencia cercanos: lo «primigenio» y lo «moderno».
La colección, constituida por más de 200 objetos, fue organizada y pensada por Charles Brewer-Carías durante un período de más de cincuenta años de incursiones y expediciones en el territorio de los makiritares, época durante la cual colectó un conjunto primordial de objetos a través de los cuales se puede conocer la finura de su producción artística, portadora del universo simbólico de la saga cosmogónica Watúnna de los Ye’kwána, epopeya oral que narra el origen y nacimiento ancestral de esta etnia.
Simbología de la cestería Ye’kwána es un libro narrado en primera persona por Charles Brewer-Carías, naturalista y explorador, miembro de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela, quien desde 1961 ha estado conviviendo con los makiritare en los ríos Erebato, Ventuari, Cunucunuma y Caura. Hablante de su lengua y con un gran conocimiento enciclopédico del área, la publicación narra la historia de los Ye’kwána, desde las primeras exploraciones foráneas que entraron al territorio, las respectivas contribuciones para la elaboración de la cartografía amazónica y el propósito medular del libro, difundir “la simbología de los diversos diseños figurativos, abstractos y remolinos cinéticos que emplean los tejedores Ye’kwána «tawána-ho-náto so’to» para decorar el fondo de las cestas planas con forma de bandeja llamadas wáha y las petacas llamadas kángwa”.
A lo largo de sus 472 páginas, Charles ilustra la inmensidad del universo Ye’kwána desde la antropología y la historia, el descubrimiento del Río Casiquiare o la relación de esta etnia con la búsqueda del cacao y el Dorado. También presenta todo lo relativo a los materiales para tejer las bandejas wáha, los estuches con forma de petacas, las cestas de carga, las de pescar, las de cernir, la construcción de los techos, los cinturones y cuerdas, etc. La elaboración de los tintes, las particularidades de muchas de las plantas utilizadas y su relación con Watunna. De interés sustancial es la caña de un bambucillo llamado dúruwa, material aún desconocido taxonómicamente con el cual se elaboran las mejores cestas, cuyo cuido depende de los yodódai.
La narrativa del libro constituye un aporte fundamental para el arte y la antropología en Venezuela. El autor logra traducir el universo Watunna en términos científicos:
En estas páginas de una de mis libretas de campo -nos dice Brewer-Carías- se observan las notas que obtuve en 1997 cuando visité la comunidad de Hiuwihtíña, en el río Erebato (N 04 57,44′- W 64 48,96′), y la comunidad de Kanarakuni, con la intención de conocer los nombres que empleaban los Ye’kwána para identificar las 21 ranas que colectamos junto al herpetólogo César Barrio-Amorós. Varias de ellas tuvieron gran protagonismo en la epopeya Watúnna. La rana N.° 20, cuyo nombre es Wanádi-hiñamohídi, correspondió al «sapito minero» de coloración aposemática (de alerta), Dendrobates leucomelas (Steindachner, 1864). La rana N° 6, con el nombre Kíhto, fue la que ayudó a las estrellas a fabricar la escalera para que subieran hasta el cielo, científicamente conocida como Boana boans (Linnaeus, 1758). La rana N° 8, llamada Kué-kué, habría sido la forma que tomó Kawesháwa cuando fue rescatada de su secuestro por Wanádi-tonóro (pájaro carpintero real). La rana N° 18 lleva por nombre Kawáo-Rhaebo guttatus (Schneider, 1799) y se corresponde con la dueña del fuego, Wáto, esposa del jaguar Manúwa y madrasta de los morochos Iuréke y Shikiémona.
Otro de los grandes aportes del autor es el estudio y análisis que realiza de todos los diseños Ye’kwána. Para ello hace una división de los dibujos figurativos y los abstractos. En los figurativos incluye la figura de los hombres o so’to, cuatro representaciones de ranas, cinco con la forma de monos, una lapa Odoma y el pájaro vencejo o Yaríche. Entre los abstractos se encuentra al Wanádi-tonoro (el pájaro carpintero), al Mawádi-esádi (el recinto de la culebra visto desde dentro), al Déde (el murciélago), al Wayámu-kádi (la escama del morrocoy), al Mádo-fédi (la cara o el hocico del tigre) y la garza Ahísha. Además, incluye otros elementos decorativos como las escamas del morrocoy Wayámu-kádi,, el vencejo Yadíche, el gusano K’dádai, al ciempiés Kuméhehe, las estrellas o Sidícha y la lluvia o Konóho-kúdu.
En sus propias palabras:
Estos complejos diseños figurativos y abstractos empleados por los Ye’kwána para decorar sus bandejas y petacas, son imágenes que obligatoriamente deben representar a algunos de los emisarios, avatares, héroes y demiurgos que podían transmutar para convertirse a voluntad en hombres, pájaros, ranas, monos, tigres, murciélagos y estrellas, según les resultara conveniente, y que son mencionados y recordados por su participación y gestión positiva o negativa en el Watúnna, la cual pudiera entenderse como un discurso sagrado y que de forma verbal abierta, o también sólo para iniciados, se ha empleado desde siempre como norma y dirección para la comunidad Ye’kwána o más exactamente para aquellos que se consideran «gente» o so’to.
Muy novedoso es su análisis de los diseños basados en vueltas y que los agrupa con el término de remolinos. De acuerdo a la cantidad de articulaciones, logra explicar la diferencia fundamental y así lograr la identificación del dibujo:
La palabra Awídi, que es el nombre Ye’kwána para remolino o arremolinado, está relacionada o proviene de wídi, que identifica a la culebra coral (Micrurus sp.) por la manera como esta serpiente gira sobre sí misma cuando se siente amenazada para que el atacante no sepa dónde se encuentra su cabeza. Esta característica de arremolinarse (awídi) impulsando un movimiento virtual o cinético que despliegan algunos de estos dibujos, provoca el hecho de que el diseño pareciera no tener pies ni cabeza, principio o fin, y por eso inicialmente me resultó difícil encontrar algún detalle estructural que pudiera funcionar como norma para ordenarlos.
Otro diseño formado por remolinos de tres articulaciones y que ubicamos en la rama del lado derecho de este nudo, se conoce en el río Erebato como «la huella del tigre» o Mádo-tähä. Tiene la misma cantidad de vueltas y la forma del Boróto-sakídi pero en este caso su eje o tronco está adornado con tres estrellas.
El último capítulo del libro, titulado El enigma de los fosfenos y los enteógenos, apoya la teoría antropológica que afirma que los diseños abstractos realizados por los makiritare y otras etnias indígenas provienen de las visiones luminosas provocada por la ingesta de sustancias psicoactivas. Brewer-Carías, de forma magistral, realiza un recorrido historiográfico por quienes han estudiado en los Ye’kwána el uso de estas sustancias y culmina con una ilustración donde sitúa los patrones que organizó Max Knoll en 1950, que identifican las visiones de los fosfenos con los diseños abstractos de la cestería ye’kwána.
Necesario resaltar la imperiosa necesidad del autor en registrar el mundo ye’kwána ante la pérdida de sus tradiciones por la presencia de pastores protestantes y otros causantes históricos. Por ello, Charles Brewer-Carías es un misionero en sentido inverso, en vez de introducir nuevos patrones de comportamiento para modificar el universo makiritare, su visión es la de asimilar la diversidad del conocimiento de los recursos selváticos y convertirlos un libro abierto que demuestra la gran sabiduría de esta cultura amazónica. En palabras del líder Ye’kwána Ñuma: “Este libro que hizo Charles habla sobre nuestra cultura, la que conocían nuestros ancestros y por eso es muy importante para nosotros. Los Ye’kwána antes conocían su cultura, ahora ya no la conocemos porque los Yaranavi se empeñaron en quitárnosla. Este libro es para volver a aprender y enseñar a los jóvenes”,
Sobre la publicación
Título
Simbología de la cestería Ye’kwána, portal hacia un mundo paralelo
Editor
Juan Carlos Maldonado Art Collection
Autor
Charles Brewer-Carías
Prólogo
Juan Vicente Carrillo Batalla
Fotografías
Charles Brewer-Carías, Fanny Brewer, Javier Mesa, Ignacio Benavides
Traducción al inglés
Mike Illsley
Diseño gráfico
Alexander Cano y Pedro Quintero
Corrección de textos
Marisa Mena/Editemos (versión español) y Sara Pignatiello (versión inglés)
Coordinación editorial
Natalia Díaz
Impresión:
Altholito (publicación bilingüe: 500 ejemplares – español, 1.500 ejemplares – inglés). Impreso en color, tapa dura, 472 páginas, 318 fotografías.
Caracas, noviembre 2019.
Para adquirir la publicación, pueden escribir a: info@jcmac.art
LA SALA
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