Cómo empezar a crear aunque no te sientas preparado

Cómo empezar a crear aunque no te sientas preparado

La sensación de no estar preparado es una de las barreras más comunes y silenciosas que nos impiden empezar. Es un eco de la inseguridad y el perfeccionismo, una voz que dice: “Aún no es el momento”, “Necesitas más conocimiento”, “Espera a la inspiración perfecta”. Sin embargo, como bien decía John Dewey, el pensamiento y la acción están intrínsecamente conectados; no podemos esperar a tener todas las respuestas para empezar a actuar. Es en la acción misma donde encontramos la verdadera preparación.

Empezar a crear, aun sin sentirte listo, no es un acto de valentía imprudente, sino un acto de fe en el proceso. Es un reconocimiento de que tu voz es válida en este momento, tal como es.

El mito de la preparación completa

La idea de que uno debe estar completamente preparado antes de empezar es un mito moderno. Piensa en Michel de Montaigne, quien, en sus “Ensayos”, no pretendía darnos la verdad absoluta, sino explorar sus propios pensamientos mientras los escribía. Su obra es un testimonio de cómo la escritura no es solo el resultado de un pensamiento, sino el vehículo para el pensamiento mismo. De la misma manera, tu arte no es el resultado de tu preparación, sino el medio a través del cual te preparas para el siguiente nivel.

El filósofo Platón nos habló de la “anamnesis”, la idea de que el conocimiento ya reside en nosotros y que el aprendizaje es un proceso de recordarlo. Quizás tu creatividad funciona de manera similar: no necesitas adquirirla, sino liberarla. La falta de preparación no es una ausencia de talento, sino una oportunidad para descubrir lo que ya sabes.

Estrategias para dar el primer paso

  1. La Regla de los 15 Minutos. No te comprometas a pasar horas en una obra. Empieza con algo tan simple como 15 minutos al día. Pon un temporizador y, cuando suene la alarma, eres libre de parar. A menudo, el impulso inicial es lo más difícil. Una vez que empiezas, la inercia del movimiento puede mantenerte en marcha.
  2. Crea sin un objetivo final. Abandona la idea de que cada pieza debe ser una obra maestra para ser exhibida. Haz algo solo por el placer de hacerlo. Dibuja formas sin sentido en un cuaderno. Mezcla colores solo para ver qué sucede. Escribe un párrafo que sabes que nunca verá la luz del día. El objetivo no es crear una gran obra, sino reforzar el hábito de la creación.
  3. Adopta una mentalidad de científico. Al igual que un científico que experimenta, no juzgues los resultados. Si no funciona, no es un fracaso, sino un aprendizaje. ¿Qué hiciste? ¿Qué pasó? ¿Qué aprendiste? Usa esta mentalidad para desarmar el miedo al error, viéndolo como una parte esencial del proceso.
  4. Conéctate con tu propósito. En tu declaración, mencionas que tu objetivo es “fomentar la evolución consciente de la humanidad y contribuir a un mundo más armonioso”. Este propósito es mucho más grande que tu miedo a no estar preparado. Cuando sientas dudas, recuerda la nobleza de tu intención. Tu arte es una ofrenda a este propósito, y cada pequeño acto de creación contribuye a ello.

Recuerda que la preparación es un camino, no un destino. La única manera de estar listo es empezar, y la única forma de empezar es aceptar que no lo estás.

Printing shop in Kendall, FL
Printing service