RAFAEL MONTILLA O “LA OBSESIÓN DEL KUBO”
POR ROLANDO PEÑA


Sin duda que Miami es una ciudad muy particular y llena de sorpresas, buenas y malas, pero siempre mantiene esa sensación de sus distancias, de sus playas y de una fauna muy curiosa.

Jamás he manejado automóviles, por lo tanto camino y eso en Miami es una odisea. Te ven como un bicho raro, lo cual en mi caso es normal. Caminando por la ciudad como es de costumbre, observo sus calles, edificios, su gente. En Wynwood voy a las galerías, museos, cafés, etc. También me percato de la cantidad de Graffitis que cubren las paredes de esta zona. Debo confesar, que en general me parecen de muy mala factura.

Viví en Nueva York desde los años 60 hasta mediado de los 80, donde realicé una carrera como artista muy interesante y de muchas facetas. Entre ellas, trabajé con Andy Warhol en la Factory y di talleres de arte en diferentes lugares de la ciudad. Di varios workshops en el East Village donde Jean Michel Basquiat, Keith Haring y otros grafiteros del momento asistieron. Me tocó vivir la época del buen grafitti de los años 80 de Nueva York.

Cuento esto porque en medio tantos graffitis y tanto caos visual que existe en ciertas partes de esta ciudad, me llamaban particularmente la atención ciertas intervenciones urbanas, más específicamente unos cubos blancos. De una manera silenciosa pero contundente, estos cubos blancos colgaban de las paredes, de los muros de algún lugar inesperado tales como a la salida de una autopista, al lado de algún semáforo o por lo general en algún lugar de convergencia, sometiéndose siempre a la bipolaridad del sol y de las lluvias de Miami.

Un día me tocó con un grupo de amigos artistas intervenir un camión con consignas sobre la muy lamentable situación actual de Venezuela. En medio de la intervención, un personaje con ojos de iluminado me observaba. Mi gran sorpresa fue constatar que este personaje era quien hacía los cubos que me habían llamado la atención, así que se lo comenté y le dije que eran diferentes y tenían un sentido estético particular. De esa forma fué como conocí a Rafael Montilla, el autor de los cubos que él denomina

“Kubes in action”. Nos vimos en varias ocasiones y hablamos de arte.

Cuando el año pasado inauguré mi exposición “Big Bang” en la Galería Arts Connection Foundation, él vino varias veces y me comentó que estaba armando unas obras inspiradas en mi muestra. Le dije que me gustaría ver lo que hacía y me llevó a un espacio donde había montado su versión del Big Bang. La verdad me sorprendió por lo audaz y le dije que me pareció muy bien cómo había resuelto la estética de la obra.

Pero eso no es todo. Ahora Rafael me llama y me explica que va a exponer en Coral Gables Museum la pieza que me mostró, inspirada en mi versión del Big Bang y además me propone que le escriba un texto para una publicación que él va a realizar.

Ante tanta audacia, fe y coraje, no me quedó otra que decirle que si y le escribí esta breve introducción a su trabajo.

Considero que Rafael es un excelente artista con una obra muy particular. Veo en él mucho talento, mucha energía acompañado de una organización impecable. Lo felicito y le deseo muchos éxitos, que estoy seguro, los tendrá.

Rolando Peña

Miami

Junio 28, 2018

Printing service