Manuel Velázquez: entre lo ancestral y lo contemporáneo
Curador y crítico de arte Eduardo Planchart Licea
Conocí casualmente al artista Manuel Velázquez por azar, cuando fui a estudiar a Oaxaca la colección que creó Rufino Tamayo en su museo de arte prehispánico, único en México, pues la organización, selección y museografía fue direccionada por lo estético. Estuve varios días seguidos estudiándola y en el camino, vi unas vírgenes y santos expuestos en una galería de souvenir, pero el carácter y la fuerza expresiva que tenía destacaban de todo lo que se exponía, así que decidí preguntar a la dueña de la galería por el artista popular que había creado esas obras. Me dijo: sabe vive alejado, pero un taxi lo puede llevar, son varias horas de carretera, y algunas partes son de tierra.
Le pedí que dibujara en un mapa como llegar a su casa-taller. Así, llegué al hogar de Manuel Velázquez que, para mi sorpresa, al entrar en su casa estaba pintando un Santo Recostado sobre una Calaquita expresionista laminaba el entorno con hojilla de oro, dormía plácidamente sobre la muerte, titulada Santo Niño de las Suertes, los estigmas levitantes, no había nada asociado a las crucifixiones cristiana, sino era muy lúdico y era coherente con el lenguaje de las tallas de la galería. Al oír el buenas puedo al entrar, inmediatamente río, pero si estas adentro, porque pides permiso. Y me miró sonriente, con un pantalón pintarrajeado. Y me dijo:
Qué haces, por acá en este rancho-taller, a lo que le respondí: no veo las tallas de los santos populares, que se entremezclan con el colorido de los alebrijes en varias galerías oaxaqueñas. Al ver aquel contraste le pregunté quién los había tallado, pues no tenían firma como es propio del arte popular mexicano y me dieron esta dirección. No entiendo porque siendo tan buen pintor te dedicas a tallar santos, pues por algo será. Sabes, aunque parezca mentira estos cuadros que por lo que veo te gustan, nadie los quiere adquirir en Oaxaca, y de algo tengo que vivir, pero a los turistas les gustan mucho las tallas y se venden muy bien, están inspirados en los santos de la iglesia de San Juan de Chamula.
Asumí el estilo popular como un medio para vivir, y sabes realmente me apasiona. Pues sí, así igual mi compadre que vive también acá, somos de Chiapas y Veracruz. Y para nosotros es más fácil poner nuestros cuadros e instalaciones en la CDMX que en Oaxaca. Y al sentarnos con un café servido en unas bellas tazas de rebosantes, hechas también por él, comenzó nuestra amistad, recordando animadamente mi experiencia en San Juan de Chamula, que le dio un vuelco a mi vida.
En el patio había unas instalaciones hechas en madera inspiradas en los instrumentos prehispánicos para cultivar, y tallar, se inspiraban en la imaginería Maya. Al salir al verlos había quedado impactado, por dos plantas de los pies sobredimensionados sobre los que pintaba lúdicamente, la iglesia de San Juan de Chamula, la ceiba frente a su portal, y todo el espacio sacro dominado por un fuerte toque de humor, como eran las orejas, lunas solares, corazones…
Años después volví a visitarlo en Xalapa, donde había estudiado arte y dirigía un espacio experimental. Había instalaciones y esculturas tanto de él, como de otros jóvenes artistas, y destacaban sus obras, no se había alejado totalmente de esa fusión entre lo prehispánico y lo contemporáneo. Sus cuadros escultóricos, tenían como fuente de inspiración los objetos de cultivo del cacao, y el café. De ellos nacían sus formas y colores, tendía a un minimalismo pictórico vinculado a lo escultórico, en sus exposiciones los cuadros continúan con instalaciones escultóricas. Y ese ha sido una constante a lo largo de su obra.
A medida que va madurando su lenguaje plástico; sin embargo, no abandona la vertiente figurativa, al concentrarse en lo geométrico de series como son las Estructuras. Este imaginario que crea el artista está a la búsqueda de esencias, y evade lo descriptivo y narrativo se enraíza en el día a día y crea concreciones de recuerdo y vivencias que se materializan en estas series caracterizadas por formas minimalistas donde la línea es protagónica e interactúa con el espacio.
Este lenguaje plástico brota de las vivencias y ensoñaciones del creador, en las que destaca la serialidad y del encuentro con sus raíces culturales y espirituales, en una era de fragmentación y píxeles. Lo popular y lo simbólico se funden en los cuadros, al convertir la superficie pictórica en tramas que hacen referencia a lo tradicional recontextualizado en cuadros de series como: Urdimbres…
Manuel de Jesús Velázquez Torres
Artista visual
Veracruz, Xalapa, Mexico
Manuel Velázquez nace el 26 de junio de 1968 en Tuxtla Gutiérrez Chiapas.
Estudió en la Escuela de Artes Plásticas de Chiapas, es Licenciado en Artes Plásticas por la Universidad Veracruzana, Maestro en Estudios de Arte por la Universidad Iberoamericana y Candidato a Maestro en Artes Visuales por la UNAM.
Actualmente es Creador Artístico del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes emisión 2018-2021.
Su obra suele ser de gran formato sobre madera. Le interesan las posibilidades escénicas de la escultura, buscando un encuentro más corporal con el espectador.
Ha participado en diversas exposiciones individuales y colectivas en Argentina, Austria, Bélgica, Canadá, Chile, Cuba, Ecuador, Estados Unidos, Eslovaquia, Ghana, Guatemala, Holanda, Italia, Japón, México, Paraguay y Serbia.
Fue director de la Escuela de Artes Plásticas del ICACH, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; fundador del Jardín de las Esculturas de Xalapa y director en dos periodos de 1998 a 2002 y de 2010 a 2013; Subdirector de Planeación, Seguimiento y Evaluación del Instituto Veracruzano de la Cultura de 2013 a 2016. Es Catedrático de la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana y de Realia, Instituto universitario para la cultura y las artes.
Dedica parte de su tiempo a la investigación sobre arte contemporáneo, economía de la cultura y políticas culturales. Colaboró en la revista Sinapsis, el periódico OYE Veracruz, el semanario Performance y en el Diario de Xalapa. Actualmente es colaborador de el Portavoz y Director General de la Galería Flavia. Se ha desempeñado como curador y gestor cultural. Vive y trabaja en Xalapa, Veracruz.
Su obra suele ser de gran formato, sobre madera en técnicas mixtas, aunque también realiza instalaciones y desde hace algunos años incursiona en la producción de imágenes digitales. Es Catedrático de la materia de pintura en la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana. Como académico se interesa en renovar y fortalecer los procesos de enseñanza-aprendizaje, y dedica buena parte de su tiempo a la investigación y a la reflexión teórica.