PICASSO Y LA GEOMETRÍA SAGRADA
Por Daniela Baraccani | SKY Italia
Pablo Ruiz Picasso, célebre autor de la obra Guernica, es reconocido como cofundador del Cubismo, movimiento artístico perteneciente al expresionismo, caracterizado por “reducir las figuras a cubos”. Esta aseveración fue hecha por el francés Louis Vauxcelles, el crítico de arte más influyente del siglo XX.
Nacido en Málaga, España el 25 de octubre de 1881 –ya se cumplieron 140 años del nacimiento de Picasso- fue entrenado por su padre. En su infancia y adolescencia adoptó una técnica naturalista, pero durante la primera década del siglo XX empezó a experimentar hacia estilos más radicales, que lo llevaron al desarrollo del cubismo, a la creación de técnicas como el collage, y más adelante, a un estilo surrealista.
“Se trata en realidad de una filosofía,
de fijar el objeto en un momento que se
extiende en la eternidad, no de capturar
un presente demasiado fugaz”
El Cubismo, como mencionado anteriormente, es un movimiento, una teoría, es la idea del ver al mundo desde otra perspectiva, donde la representación realista pierde importancia, a favor de la forma en la que el pintor ve la realidad. Nacido en Francia en principios de 1900, fue formalizado en el Manifiesto Cubista, donde se enuncian las tres virtudes que se buscan: “La pureza, la unidad y la verdad”.
Se trata en realidad de una filosofía, de fijar el objeto en un momento que se extiende en la eternidad, no de capturar un “presente demasiado fugaz”, pues “este no puede significar para el artista más que la máscara de la muerte: la moda”. Y esta teoría, el conjunto de técnicas que define el movimiento, tiene el objetivo de representar la verdad, que, en cuanto tal, adquiere características de atemporalidad, de cierta forma de inmortalidad y de perfección, entendida como imposibilidad de error en su visión, porque, como se explica en su manifiesto, esta “solo hará remontarse la relación de una nueva criatura con un nuevo creador, y nada más”.
“Todos los cuerpos son iguales ante la luz
y sus modificaciones surgen de este
poder luminoso que construye a su voluntad”
Es un pensamiento que llama a la visión unificada de todo, no solamente la unión del pasado, presente y futuro, sino también la unificación de los objetos: enuncia el documento “Todos los cuerpos son iguales ante la luz y sus modificaciones surgen de este poder luminoso que construye a su voluntad”.
La visión universal que conlleva el cubismo pareciera ser intrínseca en las disciplinas que se relacionan con la geometría sagrada, más allá de la pintura ella fue fuente de profundo estudio matemático filosófico, y arquitectónico. Desde los antiguos egipcios con la construcción de sus inmensas pirámides, a la escuela filosóficas griega de Euclides, la observación de la geometría en las reglas que sigue la naturaleza, lleva inevitablemente a una búsqueda de perfección y verdad.
La configuración de los minerales, la forma en la que crecen los pétalos de las flores, la arquitectura de las telarañas, fenómenos cotidianos que sugieren la sacralidad de la geometría. Los movimientos astrológicos, la proporción áurea, la progresión Fibonacci, son nociones conocidas y estudiadas desde las civilizaciones antiguas, hecho que tiene como testigos textos y obras.
“La arquitectura gótica absorbió elementos de la geometría griega y de las proporciones de Vitrubio, y los maestros masones integraron en sus edificios el simbolismo geométrico y numérico. […] Abundaba el simbolismo numérico, y los círculos, los rectángulos y otros polígonos se generaban con proporciones armoniosas y “celestiales”. (Skinner, 2007).
El uso de figuras geométricas en el movimiento cubista, fue influenciado en parte por los movimientos artísticos pasados, si bien, a diferencia de los griegos y de las demás tradiciones, los Cubistas no vieron la sacralidad en la geometría de la naturaleza, si bien la respetan, y consideran el movimiento, y más en general su visión, una evolución. En ese sentido, declararon: “La pintura se purifica en occidente con aquella lógica ideal que los pintores antiguos transmitieron a los nuevos como si les diesen la vida”.
Se trata de una contraposición con respecto al realismo, no porque esta forma de arte no contemple la geometría, pues el realismo se basa en complicados y precisos estudios de la geometría observable en naturaleza, sino de un proprio cambio de perspectiva, y más que un cambio, se podría decir una multiplicidad de perspectivas al mismo tiempo.
Particularmente en la denominada fase analítica del Cubismo se buscó representar los objetos desde todas sus perspectivas, con todas las posibles variaciones de la luz, llegando a una represión tan completa, tan aparentemente caótica que el objeto termina siendo casi irreconocible. Contemporáneamente se enfatiza de cierta forma la geometría clásica, líneas que conforman los polígonos más simples, haciendo la componente geométrica mucho más visible respecto a la forma implícita en la que se encuentra en el realismo.
Esta idea de haber creado una realidad “aumentada”, ya no tridimensional sino multidimensional y multitemporal, es lo que hace que los miembros del movimiento sientan este uso de la geometría, este movimiento, como evolución del realismo, donde la geometría de la naturaleza ya era “suficientemente sagrada”. Y quizás esta idea haya sido causada por el objetivo autoimpuesto de “bautizar el instinto, humanizar el arte y divinizar la personalidad”, más que ver la divinidad en la perfección existente.
Fuentes consultadas
http://www.dspace.uce.edu.ec/bitstream/25000/12960/1/T-UCE-0002-002.pdf
http://blogs.fad.unam.mx/asignatura/raquel_garcia/wp-content/uploads/2014/02/Manifiesto-Cubista.pdf
https://www.donquijote.org/es/cultura-espanola/arte/pablo-picasso/