Obra ( Performance) y poema Pinto del gran artista Juan Loyola
Mi vida es una continuación de pequeñas muertes, y por lo corta que es la vida, aprendí la importancia de un instante. A ese instante me entrego con amor profundo; y cuando las palabras me faltan, porque la emoción es infinita, acudo a la fuerza mutante de mi arte, que cambia, registra, esos momentos especiales que no vuelven…
Es como desvestirme ante la naturaleza y, casi mudo, perder el miedo de mi desnudez; abandonar las poses, a veces obligantes, y ser tal cual soy, con mi mundo de pasiones al descubierto, demostrando su hambre y su sed, humanamente cargada de sentimientos.
Amputar un pedazo de mí, del proceso continuo y existencial, a veces dramático, ingenuo e idealista, para ofrecerlo a este proceso de vivir, en el espacio sin tiempo de mi propio universo. Es porque a veces me duele la nostalgia y no sé cómo decirlo… PINTO!
PINTO porque me encuentro solo, cargado de amor, y no sé cómo entregarlo. Pinto porque descubro un vacío parecido al mío, humano. PINTO porque a veces quiero gritar y no me sale el aliento. PINTO porque me parece una manera especial de estar con Dios. PINTO para atajar el tiempo que se escapa entre los dedos. PINTO para escapar de las cárceles. PINTO también para correr peligro. PINTO para despedirme con grandeza. PINTO porque a veces estoy herido, porque un susurro me dice “aguanta”, y otro murmullo “continúa”.
PINTO para no verme vestido de soledades y silencios. PINTO para sentirme amado por mi pueblo. PINTO para descubrir un mundo especial para todos; para cantarle a Bolívar y a Sucre, y ser digno de sus cartas. PINTO para comunicarme y poder decir “Dios”, “Naturaleza”, “Historia”. PINTO porque siempre estoy pensando en mi patria.
PINTO porque me infla la vida. PINTO porque si no exploto. PINTO porque todavía EXISTO, porque tengo esperanzas, porque confieso que amo, y que el amor ejerce la principal emoción que draga y hechiza el movimiento vertical de mi vida: a ella ofrendo mi sonrisa y el último de mis suspiros. Pinto para sentirme libre.
Por eso PINTO yo: PINTO… luego existo
Juan Alberto Loyola Valbuena nació en Caracas (Venezuela) el 9 de abril de 1952, hijo de Juan Luis Mario Loyola y Auristela Valbuena. Se le considera uno de los artistas más controvertidos y polifacéticos de Venezuela. También fue poeta, performer, fotógrafo, cineasta y pintor. Murió repentinamente el 27 de abril de 1999 en Catia la Mar, Venezuela, tras una larga batalla contra la cardiomegalia.