IVAN MIKOLJI: FOTOGRAFIAS DE PECES DEL ORINOCO
La exposición “Fishes of the Orinoco in the Wild”, 2021, se presenta en la Galería Hernán Gamboa, de la Humboldt International University, Miami, USA, desde mediados de Mayo hasta mediados de Julio es una selección de fotografías del exitoso libro de Iván Mikolji publicado a fines del 2020 con el mismo título de la muestra, donde se hace un inventario de 151 peces en su hábitat de Venezuela y Colombia.
A lo largo de casi treinta años de exploraciones, el fotógrafo ha creado un lenguaje visual y una técnica personal que se evidencia en cada una de sus composiciones. No son imágenes cliqueadas a la ligera sino resultado de flotar y sumergirse con máscara y esnórquel desde la madrugada hasta el atardecer, cámara en mano en entre ríos y caños. Muchas de ellas son nocturnas, pues no finaliza cada sesión de trabajo hasta lograr las composiciones deseadas. En su lenguaje visual evade las simetrías centradas y frontales para atrapar el dinamismo vital de la fauna acuática, se impone la nitidez y la profundidad de campo para que el espectador tenga un conocimiento del ecosistema de cada espécimen. Esta claridad visual se evidencia en detalles de la anatomía de los peces como los ojos, la diversidad cromática y formas de las escamas, las aletas… El artista y explorador desea que el público se acerque a través de sus composiciones al comportamiento de los peces en sus biomas y se puedan ver al comer, al proteger a sus alevines, cuando sus posiciones son mimetizaciones en su rol de depredadores o de protegerse de ser devorados por otros peces, mostrarlos en el mundo subacuático donde transcurren sus vidas; algunas especies lo hacen entre la hojarasca, otras adheridos a troncos en descomposición…
No solo los peces son el centro de atención, sino el agua como tema visual, de ahí su serie de “Liquid Ice” y las microfotografías de la física acuática, también es su interes la flora y fauna cercana a los caños y ríos, pues estos elementos son partes del ecosistema e indicadores del impacto ambiental. Los reflejos acuáticos son otro categoría de su abecedario visual, a través de la refracción de la luz y las leyes de la óptica crea trampas visuales que solo existen por segundos al lograr el ángulo adecuado para captarlos, crea así composiciones plenas de misterios y surrealismo que parecían mostrar universos paralelos.
La técnica de impresión seleccionada para estas fotografías fue la sublimación sobre aluminio, para transmitir al público imágenes que impriman a través del rayos láser el palpitar de estos frágiles seres que habitan en la cuenca hidrológica Amazónica, una de las más importante del planeta, por generar aproximadamente el 20% de agua del dulce y el 25% del oxígeno del planeta. Selvas tropicales lluviosas que son el lugar de mayor biodiversidad del planeta. Hasta el presente casi cinco mil especies de peces han sido identificadas entre la cuenca del río Amazonas y la del río Orinoco, proceso que inició Alejandro von Humboldt en el siglo XVIII al realizar la primer expedición científica en el continente, identificando especies como la piraña, el pavón entre tantas otras y hacer los primeros mapas confiables del continente.
La fragilidad del ecosistema y de las culturas amazónicas que en él viven exigen medidas drásticas de conservación debido a que diversos ecosistemas ya han sido afectados por la deforestación, y técnicas mineras de fuerte impacto ambiental, razón por la que están desapareciendo especies de peces y plantas antes de ser identificadas. De esta acción de preservación puede depender la supervivencia de la humanidad.
Se muestra en la exposición con un atardecer orinoquense paisaje utópico por la incandescencia de la luz solar en su retiro, la densidad del agua transforma su liquidez en un espejo que muta lo real en irreal, con rocas que al reflejar la debil luz crean un sublime horizonte; atradecer que recuerda el espacio tiempo primigenio de la Tierra.
La composición visual de los peces está dominada en ocasiones por lo sintético, al concentrarse el fotógrafo en elementos visuales especificos para transmitir una idea poética, como ocurre con la fotografía del pez aguja, tomada cerca de la superficie del río, para crear un reflejo acuático, inmerso entre un blanco difuso. El artista visual cliqueó la imagen en ese momento para que la refracción de la luz permitiera crear una doble mirada. Un observador desprevenido pudiera llegar a creer que son dos peces, la imagen superior: permitir ver el dorso con todo detalle de esta especie que se mimetiza con el flotar de una pequeña y delgada rama.
Se encontrará el público con la inesperada imágen de doce peces lápices, con sus aletas caudales adheridas al fondo arenoso que le permiten estar verticalmente por horas, mimetizandose ante sus depredadores. Similar sorpresa genera la imagen del pez hoja dejándose llevar por la corriente, para ser confundido por incautas especies con una hoja caída en estado de descomposición. Su reflejo le transmite un clima paradójico a la composición al duplicar la imagen entre aguas transparentes que permiten ver con detalle su inusual anatomía.
Entre las fotografías en la exposición destacan la belleza del pez Oscar ascendiendo al manto de hojas que cubre la superficie del caño de Rosa. La luminosidad que penetra el agua hace resplandecer las escamas doradas del dorso, y permite percibir la transparencia del ojo, los detalles de las aletas elementos que transmiten una sensación de comunión del pez con su entorno. Imagen cliqueada en los llanos de Apure, donde Mikolji fue durante más de siete años dos veces al año años para fotografiar a este pez y su especie. Ha escrito diversos artículos en revistas científicas sobre esta ellos, evitan estar en cardúmenes y usualmente se encuentran entre las plantas de la superficie acuática, para atrapar los insectos que se acercan a ellas.
El pez que llamó colibrí (tetra punto negro), es debido a que su composición recuerda la de un colibrí aleteando mientras absorbe el polen de una flor. Debemos imaginar la paciencia que tuvo el artista para lograr que este pequeño espécimen se acercara a una flor acuática a punto de emerger, mientras mordisqueaba uno de sus pétalos. Es una mirada que permite al público imaginar diversas interpretaciones de lo que está sucediendo, y esto es parte del misterio que encierran estas imágenes. Si bien muestran a cada pez en la naturaleza, el artista con su cámara compone para crear una interpretación permitiendo al público continuar la obra en su imaginación.
La pasión por el mundo acuático se lo debe Iván Mikolji a su padre, quien era un aficionado acuarista, que tenía acuarios en su hogar y acostumbraba a llevarlo de niño a las tiendas especializadas a comprar tanto los peces como los implementos propios de esta afición. La pecera estaba llena de guppys, platys, mollys, y corronchos… Era un pasatiempo hasta que en casa de un amigo en su juventud vio un pez ángel enorme, y quedó tan impresionado por su belleza que empezó a investigar donde se podían encontrar en su hábitat, y solo existían en el Amazonas en las riberas del Río Pavoni, a 50 kms al norte de Puerto Ayacucho. Ese fue el destino de una de sus primeras expediciones. Al llegar al sitio hizo el campamento y la madrugada siguiente empezó con máscara, esnórquely cámara a buscarlos para fotografiarlos. Luego de varios días de búsqueda infructuosa fue a preguntar a los Kurripacos, de la comunidad del Pavoni, dónde los podía encontrar, y al verlos les hizo un dibujo en la tierra del pez ángel, e inmediatamente le dijeron el nombre científico, y entre risas le respondieron:
-No los comimos todos, no hay más.
En ese momento comprendió que entre la necesidad de los Kurripacos y los negociantes de peces ornamentales habían acabado con la especie en el Amazonas. Aún sigue siendo el pez ángel, y los oscares sus especies predilectas. Cada vez que sabía de una nueva especie que llamaba su atención acostumbraba investigar el lugar donde la podría encontrar y realizaba una expedición para fotografiarlas en su hábitat. Así comenzó a familiarizarse con las diversas especies de ríos y sus ecosistemas. Recurriendo al Instituto de Zoología Tropical de la Universidad Central de Venezuela (UCV), para identificar cada una de las especies que fotografiaba, al verlas los científicos se dieron cuenta que muchos de los peces y orquídeas no estaban aún descritas científicamente, involucrándose con ellos para su identificación.
En sus treintas Mikolji se había convertido en un fotógrafo conocido de peces y había realizado numerosas expediciones al Amazonas, los llanos y las costas. Esta situación cambió cuando Oscar Lucanus, fotógrafo profesional de peces y de la vida silvestre reconocido internacionalmente, vino a Venezuela y buscaba a fotógrafo de peces y explorador que lo llevara a los lugares donde se encontraran especies exóticas y otras que posiblemente no hubieran sido identificadas para fotografiarlas, capturarlas y clasificarlas. En esta búsqueda encontró a Iván Mikolji, quien se convirtió en su guía y ayudante. Así pudo conocer como un explorador profesional organizaba una expedición, que equipos fotográficos usaba y las técnicas que empleaba para fotografiar los peces de ríos, y caños. De eso han pasado casi treinta años y ha realizado más de 100 expediciones entre Venezuela, Colombia, USA y México, con el propósito de fotografiar los peces y dar a conocer los biomas en que viven, como una forma de preservar estos ecosistemas y concientizar al público de que conocerlos es el primer paso para conservar este ilusorio paraíso. En ese trayecto ha conocido a reconocidos científicos y ha colaborado con ellos, facilitandoles fotografías de especies que no estaban bien documentadas, e incluso hacer expediciones para obtener imágenes de especies identificadas pero que se desconocía cómo eran en realidad. Y así se hizo en un asiduo colaborador de Antonio Machado-Allison al compartir sus fotografías en libros como “Los Peces de los Llanos de Venezuela”, en los últimos años a realizado varias expediciones con el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt de Colombia para fotografiar los peces, reptiles y plantas acuáticas del Meta tanto en la zona de Caño Cristales, como en los humedales. Como resultado de estas experiencias se han publicado más de seis libros donde sus fotografías están tanto en la portada como a lo largo de la publicación y siendo colaborador de los artículos. Es común ver con regularidad sus ensayos escritos en una amena prosa acompañado de sus fotografías en importantes revistas a nivel internacional del Reino Unido, Italia, Suecia, Chile, México, Colombia, Francia, Corea del Sur, Estados Unidos, Alemania, Japón…. Por esta razón la Fundación la Salle de Ciencias Naturales en Venezuela, la institución más importante de Venezuela como generadora de investigaciones y de conocimiento científico, lo hizo investigador asociado, y tiene una exposición permanente de sus fotografías en el Lobby de la sede central en Caracas. Es una vida dedicada a la pasión de dar a conocer la belleza de los ecosistemas del Amazonas y los llanos a través de su arte, como una manera de crear conciencia sobre la necesidad de conservar estos frágiles biomas para las generaciones futuras.