Curas, Pastores y Maestro Espiritual en busca de fanáticos
Últimamente me he preguntado cómo cada vez más personas se convierten en fanáticos religiosos o políticos, ¿será que es un virus mental?
Veo la gran cantidad de fanáticos espirituales, personas que buscan un Gurú, un Swami o un maestro espiritual; pero también sé que existen gurús en la India que solo buscan las “donaciones” de sus seguidores. Hoy, 2022 nunca había visto una máquina de mercadeo tan grande y bien coordinada, dirigida a un target que en el retorno es de millones de dólares y que los seguidores crecen un 20% a 35% por año.
Sadhguru, al igual que Sai Baba y otros swamis tienen el apoyo del gobierno de la India, ya que gracias a estos gurús aumenta grandemente el porcentaje de turistas cada año.
No critico ir a la India, ya que es un país espectacular y pienso retirarme en ese país. Tampoco critico visitar a cualquier maestro espiritual de su preferencia, casi todos comparten una excelente enseñanza. Lo que critico es cuando sus fanáticos seguidores, comienzan a ver su guru como un hombre santo. Yo viví y estuve muy cerca de Sai Baba, era una persona VIP es sus ashrams, no por mis donaciones, sino por mi forma de ser y el servicio que prestaba en los ashrams. Me dejé llevar por la emoción de estar muy cerca del Swami y de ser respetado. Hasta que un día, me vi feliz por todo lo anterior y me vi estancado por esta felicidad momentánea.
Desde ese momento todo cambió, desde cómo veía al gurú hasta el comportamiento de mis amigos. Sai Baba me perdió cuando en una de las tantas entrevistas que tuve con él, vi cómo hacía prestidigitación apareciendo, anillos, relojes y japa malas.
Siempre, en las entrevistas, me sentaban al lado de su silla; luego de ver su magia, en las siguientes entrevistas, rehusé sentarme a su lado, no por rechazo, sino para observar todo: sus seguidores y su magia. Esta decepción la guardé para mí por mucho tiempo. La vida en los ashram siguió igual. Como era VIP, podía entrar a los darshans con binoculares, cámara fotográfica pequeña, los cuales usaba para ver y fotografiar sus actos de magia con el vibhuti.
Cuando decidí comunicar a mis amigos mi experiencia con la magia de Sai Baba, me dije: “cuando haga esto público voy a perder el 100% de mis amigos y amistades” y me respondí: “mi dharma es hacer lo correcto” y así lo hice. Sucedió lo que ya sabía, perdí el 100% de mis amigos, pero muy feliz porque había hecho lo correcto para mí y mi mejor amigo, Rafael Montilla.