La Teoría de la percepción directa, también conocida como la Teoría de la percepción directa de Gibson, es un enfoque revolucionario que desafía las ideas tradicionales sobre cómo percibimos el mundo que nos rodea. Desarrollada por el psicólogo James J. Gibson y su esposa Eleanor Gibson, esta perspectiva propone que la percepción es una actividad directa y no mediada por representaciones mentales internas. En lugar de ver la percepción como un proceso en el que el cerebro construye activamente una imagen mental del mundo a partir de la información sensorial, la teoría de la percepción directa sostiene que los estímulos del entorno proporcionan directamente la información necesaria para la percepción.
Una de las ideas centrales de la teoría de la percepción directa es el concepto de “información óptica” o “ecológica”. Según Gibson, los estímulos visuales en el entorno proporcionan información directa sobre las propiedades del mundo, como la distancia, la forma y la textura de los objetos. Esta información óptica no necesita ser interpretada o procesada por el cerebro; en cambio, guía directamente la percepción y la acción del individuo.
Esta perspectiva difiere significativamente de las teorías tradicionales de la percepción, que postulan que la información sensorial se procesa y se interpreta internamente para construir una representación mental del mundo. En cambio, la teoría de la percepción directa sugiere que la percepción es una actividad directa y no mediada, en la que el individuo interactúa de manera activa y dinámica con su entorno.
A pesar de estas diferencias, la teoría de la percepción directa comparte ciertas similitudes con la Teoría de la Gestalt. Ambas perspectivas reconocen la importancia del contexto ambiental en la percepción y subrayan que la percepción es una actividad activa y depende del contexto. Al igual que la Gestalt, la teoría de la percepción directa destaca que la percepción es una actividad dinámica y en constante interacción con el entorno, en lugar de ser un proceso pasivo de recibir y procesar información sensorial. En conjunto, estas ideas desafían las concepciones tradicionales de la percepción y abren nuevas formas de entender cómo percibimos y experimentamos el mundo que nos rodea.