“Zaldi”: una escultura, dos mil bombardeos
Artista visual Patxi Xabier Lezama Perier
El País Vasco ha acogido y acoge a grandes artistas que han desarrollado un verdadero estilo de arte vasco. La vanguardia vasca ha mantenido en alto los colores del arte vasco y del regionalismo durante mucho tiempo. Implementaron el arte moderno, abstracto e informal para denunciar y oponerse al conservadurismo cultural y político impuesto en su momento por la dictadura franquista.Después de la caída de Bilbao y hasta la rendición en Santoña transcurrieron dos meses de cruenta guerra en Las Encartaciones a donde llegaron miles de refugiados, donde se sufrieron más de 300 bombardeos. Un ejemplo la tragedia del pueblo de Zalla y los efectos tremendamente devastadores de las bombas lanzadas el 21 de junio de 1937 por la Legión Condor alemana (una fuerza de intervención enviada por el III Reich en ayuda de las tropas del general Francisco Franco). La aviación rebelde ejecutó más de 1.600 operaciones de bombardeo en el País Vasco entre el 22 de julio de 1936 y finales de agosto de 1937, lo que supone más de 2.000 bombardeos en un período de trece meses. La alta tasa de bombardeos aéreos se traduce en un gran tonelaje de bombas arrojadas. La Aviazione Legionaria lanzó más de 40.000 bombas explosivas e incendiarias en Euskadi entre el 31 de marzo y la caída de Bilbao, lo que supone un mínimo de 440 toneladas de explosivo. La Legión Cóndor arrojó una mayor cantidad de bombas y hay que sumar las bombas lanzadas por las Fuerzas Aéreas del Norte. Todo ello hace un mínimo de 1.000 toneladas de bombas o un millón de kilos de explosivo en dos meses y medio de guerra. Una media de 12,5 toneladas al día.Zaldi representa el horror de los bombardeos del País Vasco en la Guerra Civil de España.
Zaldi constituye un «grito», una «vida dormida en su forma». En ella queda sellada el grito, siempre heterogéneo con respecto al orden del discurso; siempre fisurada, como un estigma, la obra. Como si la escultura entera fuera una invocación encapsulada. Esperando despertar en cada presente que en ella se reconozca. Una suerte de conductor de emociones: su calidad, no radica en una intención estética sino en los sentimientos que la confieren sustancia. No puede extrañar entonces la vida posterior de Zaldi como tótem, como emblema de la comunidad que surge tras la Segunda Guerra Mundial. En el mundo de Zaldi, que es sobre todo un mundo mitológico, la boca se abre en un grito desesperado. Esa figura sufre en un espacio que no es ni interior ni exterior, sino algún sitio literalmente inhabitable. Y, aun así,parece intentar erguirse sobre el mínimo suelo para mirar, aunque no alcance a comprender, un horror que se le escapa de la vulnerabilidad. El gesto desesperado de la figura. Se ve lo que ocurría en España, la escultura contiene al mismo tiempo destrucción y renovación, desesperación y esperanza.
Patxi Xabier Lezama Perier (1967) es uno de los escultores vascos contemporáneos considerado uno de los principales renovadores de la escultura vasca. Creció en la dictadura franquista de España; experiencia que le marcó de por vida, y marcará también su arte y su forma de expresarse. Alejada de los circuitos, la obra del artista es indispensable para entender la escultura y el arte vasco de nuestro tiempo. Lo simbólico y lo mitológico. La toma de conciencia de la importancia de la cultura vasca (su origen, su historia y sus tradiciones), así como el proceso de modernización del folclore por parte de la vanguardia para dotar de una nueva mirada a cuestiones ancestrales. Durante los años 80 se interesó especialmente por la mitología vasca. Alrededor de 1990, con su empleo en la fragua, se inicia en el trabajo del hierro. Emprende un ciclo de esculturas no imitativas, yendo en aumento su preocupación por el arte y la cultura vasca. La escala en el Totemismo había sido abordada a finales de la década de los 80 en su indagación plástica étnico-cultural. Es muy característica en su obra la presencia de figuras míticas con una fuerte carga histórica. Se trata de signos que ponen de manifiesto el peso de la historia y de los elementos míticos y literarios de nuestro pasado cultural.