Regina Semprún escritora de libros infantiles

Regina Semprún es una reconocida escritora venezolana, relacionista pública y la creadora de la entrañable “Abuela Caramelo”, un personaje que ha cautivado a niños y adultos por igual a través de sus cuentos infantiles llenos de ternura y valores.

Con una carrera literaria inspirada por el nacimiento de sus nietos, Semprún ha logrado plasmar en sus obras la mágica conexión entre abuelos y nietos, celebrando el amor familiar, las raíces culturales y el aprecio por la naturaleza. Desde su aclamado libro “Mi Abuela Huele a Caramelo” hasta “El Colibrí que Quería Tocar el Arcoíris”, cada una de sus historias transmite lecciones valiosas de una manera lúdica y atrapante.

La escritora ha sabido capturar la esencia de la infancia y los vínculos familiares profundos, convirtiéndose en una voz destacada de la literatura infantil venezolana. Su narrativa cautivadora, impregnada de ternura y sabiduría, ha logrado encantar a generaciones de lectores, consolidando a Regina Semprún como una autora imprescindible en el género.

Regina Semprún escritora de libros infantiles
Regina Semprún y su nieto.

¿Qué te inspiró a comenzar a escribir cuentos para niños? ¿Hubo alguna experiencia o persona en particular que te motivó?

La mayor inspiración comenzó hace nueve años con el nacimiento de mi primer nieto, River. Él fue quien despertó mi musa interior, esa voz interna que me gritó “Escribe, escribe ¡mi abuela huele a caramelo, mi abuela huele a caramelo!” De ese mismo modo comenzaron a llegar más frases a mi mente: “Mi abuela huele a chocolate y le gusta el aguacate; mi abuela huele a manzana y me gusta la banana”, fue entonces cuando comprendí que se trataba de un libro de rimas. Así nacieron los primeros libros Mi Abuela Huele a Caramelo y Las Rimas de la Abuela Caramelo.

¿Cuál es tu proceso creativo para desarrollar las tramas e ideas para tus cuentos? ¿Cómo das forma a los personajes?

La verdad es que todo se debe al profundo sentimiento e inspiración que ha despertado en mí el nacimiento de cada nieto. Con el nacimiento de River se despertaron mis sentidos, se despertó la conexión entre abuela y nieto, se despertó la magia; de esa manera fue el aroma de abuela el que me conectó con el proceso creativo, con la posibilidad de plasmar en el mundo exterior esa conexión. En el caso de Alden, fue quizás la nostalgia por la lejanía de mis raíces y el deseo de enseñarles a mis nietos de dónde venían lo que despertó nuevamente mi proceso creativo con el libro La Mochila de la Abuela Caramelo, La Vuelta a Venezuela en 40 Días. Luego nace Iris; ella en sí misma, más un colibrí y un arcoíris me inspiraron El Colibrí que Quería Tocar el Arcoíris. Por su parte, cuando viene al mundo mi nieto Forrest, me inspiró un bosque (en inglés forest), y creé un título dedicado totalmente a él, El Animalfabeto de Forrest.

Doy forma a los personajes en la medida que ellos mismos van cobrando vida en mi imaginación. En algunos casos esos personajes son un reflejo fiel de remembranzas y en otros casos recurro a brindarles la oportunidad a esos personajes de que expresen quiénes son, dibujando con palabras su forma, sus sentimientos, su esencia.

¿Qué lecciones o valores más importantes intentas transmitir a través de tus historias? ¿Cómo logras ese equilibrio entre entretener y enseñar?

Son muchísimas las lecciones y valores que intento transmitir a través de mis historias. En Mi Abuela Huele a Caramelo y Las Rimas de la Abuela Caramelo destaca el amor y la conexión entre los abuelos y los nietos, la unión familiar, la importancia de los abuelos en la vida y en la educación de los nietos. En La Mochila de la Abuela Caramelo, La vuelta a Venezuela en 40 Días, resalto valores como el amor a nuestras raíces, a nuestro antepasado, a la tierra y a las vivencias que en muy buena medida nos cultivó para ser quienes somos hoy en día; en ese libro destaco el valor de la alegría, de la aventura, el valor de apreciar y amar las costumbres, tradiciones y maravillas naturales que tiene la tierra bendita venezolana y, además, resalto la lección de apreciar, disfrutar y honrar cada vivencia, cada compartir y cada minuto de la vida. El Colibrí que Quería Tocar el Arcoíris tiene valores hermosos: la amistad incondicional, el apoyo, la ayuda desinteresada, la esperanza, el trabajo en equipo; además contiene el hermoso mensaje de que el verdadero tesoro no se encuentra escondido al final del arcoíris, sino dentro de cada uno de nosotros. Finalmente en El Animalfabeto de Forrest resalto el amor por la naturaleza y por los animales, además de destacar nuevamente el papel fundamental que ejercen los abuelos en el aprendizaje de sus nietos.

¿Qué desafíos únicos enfrentas al escribir para un público infantil en comparación con escribir para adultos?

En realidad no enfrento ningún desafío al momento de escribir para un público infantil, solo procuro mantener un lenguaje sencillo; nutritivo, argumentativo, pero sencillo. Mis libros y el lenguaje que ahí utilizo provienen de la fuente del amor por mis nietos y mis lectores, por lo tanto, es sencillo y amoroso. Mis libros además tienen la particularidad de que pueden ser leídos y disfrutados tanto por niños como por adultos, todos tienen la magia de establecer esa conexión entre abuelos y nietos, y esa magia de brindar la oportunidad de conectar con nuestros niños internos a quienes cronológicamente ya pintamos canas.

¿Cómo eliges los temas y escenarios para tus cuentos? ¿Investigas sobre los intereses actuales de los niños?

Los temas y escenarios que elijo para mis libros son producto de mi musa, son producto de mi conexión con el amor. No investigo acerca de los intereses actuales de los niños dada mi musa y dado que tengo la bendición de compartir con mis nietos y poder evidenciar cuáles son sus intereses.

¿Tienes alguna rutina o hábito particular que te ayude a mantenerte creativo y productivo como escritor? Si pudieras reunirte con cualquier autor o ilustrador de libros infantiles, ya sea del pasado o del presente, ¿a quién elegirías y por qué?

No tengo una rutina, solo momentos de creación de ideas que vienen de repente a mi mente; momentos que, por supuesto, con el nacimiento de cada nieto han cobrado mayor  fuerza.

Son varios los autores a los cuales admiro, Dr. Seuss y a su ilustrador P.D. Eastman, por esa extraordinaria imaginación; a Eric Carle y Bill Martin Jr., por la maravilla de sus dibujos y el uso espectacular de los colores y sus historias. Por supuesto, no puedo dejar fuera a Antoine de Saint-Exupery  y su hermoso y tan vigente Principito y, hacer una mención especial al escritor venezolano Antonio Arráiz por su invaluable contribución en el enriquecimiento del discurso literario dirigido a la infancia con su cuento Tío Tigre y Tío Conejo y la magistral adaptación de La Cucarachita Martínez y El Ratón Pérez, los cuales dejaron huella en mí.

Otros libros de la autora Regina Semprún:

El Animalfabeto de Forrest
Mi abuela huele a caramelo
Mi abuela huele a caramelo 2
La Mochila de la Abuela Car…
La Mochila de la Abuela Caramelo: La vuelta a Venezuela en 40 días
Le colibri qui voulait toucher L’ arc – en – ciel
Las Rimas de la Abuela Caramelo
El colibri que queria tocar el arco iris
El Animalfabeto de Forrest

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